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·27 de diciembre de 2025
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·27 de diciembre de 2025
«Cuando tú te pones manos a la obra, es como si dos soltaran» o «Contigo a bordo, baja la tasa de éxito»: seguramente todos conocemos esas frases, y hoy hablamos de alguien para quien el 2025 fue exactamente así.
Todo lo que tocó salió mal. Como si hubiera reservado la mala suerte de antemano.
El año de Ivan Juric alcanzó su punto más bajo, sin duda, el 10 de noviembre. El día en que el Atalanta de Bérgamo anunció su despido. Las huellas de Gasperini le quedaron, al final, demasiado grandes.
Al inicio de temporada tomó las riendas del equipo que recordamos sobre todo por la final de la Europa League 2024. Entonces, Lookman & Cía. le endosaron al Leverkusen su primera derrota después de tropecientos mil partidos.
Juric no pudo surfear esa ola de éxito; más bien la volteó por completo. Incluso la autoimagen del club como parte consolidada de la élite de la liga comenzó a resquebrajarse. Ni hablar de éxitos internacionales.
En los 15 partidos bajo su mando, los resultados quedaron muy cortos; una goleada 0:3 contra un recién ascendido fue definitivamente demasiado para la orgullosa La Dea.
📸 FRANCK FIFE - AFP or licensors
Quizá fueron los laureles por adelantado los que le valieron el cargo. Antes había trabajado con la leyenda Gasperini, era considerado su mano derecha. Incluso el éxito y el aura parecían salpicarle, al menos en el imaginario general.
Si los jefes del Atalanta hubieran mirado el currículum del croata en lugar de sus referencias, tal vez la valoración habría sido distinta.
Antes de su despido en Bérgamo, a Juric ya lo habían acompañado a la puerta dos veces en los meses anteriores.
El 10 de noviembre de 2024, por ejemplo. Tras doce jornadas bajo su dirección, la AS Roma seguía muy por debajo de lo esperado, tanto en la liga como en la Europa League.
A las derrotas deportivas se sumaron entonces los fracasos humanos. Además de su comunicación distante y parca con el público, se le reprochó, entre otras cosas, su trato con la leyenda del BVB Mats Hummels.
Incluso se le acusó de haber arruinado la recta final de la carrera del campeón del mundo. Aunque, el autogol en su única aparición con Juric al mando fue responsabilidad del propio Hummels. A menos que hubiera magia negra de por medio. En fin.
📸 Francesco Pecoraro - 2025 Getty Images
No pasó ni un año entero hasta que la historia se repitió. Al parecer, los vítores por el despido de Juric tras solo 53 días en la Roma no llegaron hasta Inglaterra.
De otro modo, cuesta explicar que el Southampton decidiera en abril de este año contratar a Juric como bombero. Eso sí: allí duró casi el doble, 105 días, y luego también apagaron las luces en su despacho inglés.
En el Atalanta, en cualquier caso, el teatro volvió a empezar desde cero. Además de la distancia que el míster irradiaba por cada poro, su estilo de juego se le volvió en contra rápidamente. Demasiado viejo, demasiado físico, demasiado defensivo y, en definitiva, inadecuado para el fútbol moderno: ese era el tenor.
📸 FRANCK FIFE - AFP or licensors
Además, casi se peleó con uno de los jugadores más importantes. Al menos así interpretaron muchos la escena en la que Ivan Juric le gritó a Ademola Lookman tras un cambio en el partido de Champions contra el Marsella a principios de noviembre, y tuvieron que sujetarlo, como mínimo.
Después se acabó, aunque para entonces Juric ya debía de estar acostumbrado a esa sensación.
Sus curiosos mini-periodos en la banda, por cierto, no empezaron con su etapa en la Roma. En 2017, por ejemplo: fue contratado al inicio de su carrera como entrenador por el Génova. En febrero, a los siete meses, lo despidieron; dos meses después lo recontrataron; en noviembre, otra vez despedido. Y eso volvió a repetirse.
Suena casi a dinámicas tóxicas en las que club y técnico estaban atrapados. O a que en la Serie A hay que recordar periódicamente de qué entrenadores conviene mejor mantenerse al margen.
Donde fuera que estuviera, pronto dejaba de estar. Solo en el Hellas Verona y el Torino la relación duró algo más.
Quizá quiera coleccionar el mayor número posible de estadios, o quizá se aburra rápido. Sea como sea, actualmente Juric está sin trabajo.
Como el negocio del fútbol es longevo y el carrusel de entrenadores gira a toda velocidad, eso puede cambiar pronto y entonces todo será la mitad de grave.
Pero está claro: ¿tres despidos en un año, dos de ellos en 2025?
En el fútbol profesional, con esa marca es, sin duda, el perdedor del año.
Este artículo fue traducido al español por inteligencia artificial. Puedes leer la versión original en 🇩🇪 en este enlace.
📸 Emmanuele Ciancaglini - 2025 Getty Images









































