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·14 de diciembre de 2025
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Quien en este partido se fue un momento al baño, a por una cerveza o a abrir el calendario de Adviento eligió definitivamente el momento equivocado, diera igual si fue a los dos, 65 o 87 minutos.
En el partido de la Ligue 1 entre el AJ Auxerre y el Lille OSC pasó de todo: a un gol le seguía la siguiente jugada caliente, y viceversa.
Al principio parecía desarrollarse un partido de lo más normal. Los visitantes de Lille se adelantaron a los diez minutos aproximadamente.
Hacia el minuto 38 llegó la primera roja directa: para Ngoy, del Lille, tras una entrada desesperada bastante espectacular.
Doce minutos después del descanso llegó el empate del decimosexto de la primera liga francesa. Sinayoko cabeceó a la red tras un córner, y los locales celebraron el tanto como otros equipos un gol de oro en una final de la Champions. La alegría, sin embargo, no duró demasiado: poco después el árbitro volvió a sacar roja, esta vez junto con amarilla. Akpa fue expulsado, y de repente volvió a haber igualdad numérica.
📸 ARNAUD FINISTRE - AFP or licensors
Goles, expulsiones… ¿qué faltaba para un auténtico espectáculo? Exacto: un bonito autogol. Al defensa del Lille Mbemba le salió mal el intento de despeje de un centro desde la derecha, y el balón acabó en su propia portería. La alegría en el bando del Auxerre fue igual de frenética que en el empate anterior.
Tras 77 vueltas del reloj, el impulso cambió de nuevo: Bentaleb empató para el tercero de la Ligue 1, y tres minutos después Diakité puso en ventaja a los visitantes: partido remontado. Eso creías. Solo pasaron tres minutos más hasta que el Auxerre tuvo la siguiente respuesta preparada: 3-3.
El punto final en cuanto a goles lo puso André con el 4-3 desde la perspectiva del Lille. Pero el espectáculo de momentos destacados ni mucho menos había terminado. En el minuto 88 llegó otra roja directa: tras una falta, El Azzouzi y Perraud perdieron completamente los nervios en una bronca tumultuosa y se quedaron cabeza con cabeza. Fuera cuales fueran las palabras o si el árbitro valoró la acción como un cabezazo, ambos se fueron a la calle.
Los últimos minutos, incluida la prórroga, se jugaron por tanto nueve contra nueve.
Uf. Después de estos 90 minutos, seguro que tanto los aficionados como los protagonistas directos tuvieron que tomar aire. Aburrido, desde luego, no fue en Francia hoy ni por asomo.
Este artículo fue traducido al español por inteligencia artificial. Puedes leer la versión original en 🇩🇪 en este enlace.
📸 ARNAUD FINISTRE - AFP or licensors









































