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·17 de diciembre de 2025
Cultural Leonesa 1-0 Levante UD: León ruge y la Cultural firma una victoria de fe ante el Levante

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·17 de diciembre de 2025

La Cultural Leonesa supo hacer bueno el gol de Tresaco y golpeó primero para sostener una victoria de fe y resistencia. El Levante, por su parte, dominó principalmente las fases del encuentro y tuvo ocasiones claras, pero se topó con el capricho del fútbol y la falta de acierto. Entre lesiones, un gol anulado y un asedio final sin premio, la Copa volvió a premiar al que mejor supo sufrir.
El Reino de León presentaba un aspecto frío y disperso en las gradas, castigado por la hora temprana, pero no por el ánimo de la afición cazurra. Los pocos valientes que acudieron al estadio se encargaron de vestirlo de aliento constante, empujando a la Cultural desde el primer balón. Sobre el césped, fue el Levante quien salió con el mando, tocando con criterio y asumiendo las riendas del partido, mostrando galones de superior categoría y merodeando el área local con más continuidad.
Antes del gol, el conjunto granota fue quien más insinuó peligro. Movió el balón con paciencia, encontró espacios entre líneas y dispuso de alguna ocasión clara que obligó a la zaga leonesa a emplearse a fondo. La Cultural resistía, agazapada, esperando su momento, consciente de que en la Copa basta un descuido para cambiarlo todo.
Y ese descuido llegó. En una acción aislada y tras un error garrafal de Pampín, Rafa Tresaco cazó un balón suelto y lo convirtió en oro con un remate certero que silenció al Levante y encendió a la grada. El gol cambió el paisaje del partido: la Cultural se agigantó, jugó con el corazón por delante y empezó a disputar cada balón como si fuera el último, mientras el Levante acusaba el golpe y perdía la fluidez con la que había gobernado el inicio.
El tramo final del primer acto fue un ejercicio de resistencia y fe local. El Levante lo intentó a empujones, colgando balones y buscando el empate con más orgullo que lucidez, pero se topó con una Cultural firme, ordenada y sostenida por el aliento de su gente. Así se llegó al descanso, con el marcador teñido de blanco y rojo y la sensación inequívoca de que el fútbol es caprichoso y cruel; nuevamente, había vuelto a sonreír al que mejor supo esperar su momento.

La segunda mitad arrancó con la Cultural casi tocada por la inspiración del gol y el Levante apresurando el paso como quien quiere barrer sombras que se resisten a desvanecerse. Desde el primer instante, los granotas empujaron con más corazón que precisión, buscando el empate con una intensidad que ahogaba a los locales en su propio campo. Fue en ese acoso donde el destino de la noche enseñó su cara más cruel: dos lesiones golpearon al Levante como martillazos consecutivos, primero cuando Koyalipou apenas llevaba minutos en el campo y tuvo que dejar su lugar tras un lance desafortunado, y poco después cuando Nacho Pérez también se retiró cojeando, dejando al equipo cortado y desordenado en plena búsqueda del empate.
Mientras el reloj seguía su implacable espiral, el Levante rozó lo que parecía inevitable: la igualada. Un balón colgado al área encontró la testa de uno de sus hombres, un testarazo clarísimo que rozó la escuadra y no quiso entrar, dejando a los aficionados con el grito atragantado en la garganta. El fútbol, ese gran artesano de sueños y desconsuelos, había vuelto a jugar su partido dentro del partido.
Y como si los fantasmas de la duda no fueran ya suficientes, llegó el momento que sembró confusión en el Reino de León: Arriaga vio cómo su gol era anulado tras un centro preciso que había sido empujado al fondo de la red. Las manos se elevaron, los pulmones se llenaron de aire como preparándose para el grito… pero el banderín estaba alzado y la alegría quedó en nada, un susurro sofocado por la propia justicia de la línea.
La Cultural, por su parte, también acarició la gloria con una ocasión que rozó lo imposible. Un mano a mano de Paraschiv, surgido de la magia de Tresaco y el tremendo corazón local, quedó en apaño de reflejos del portero rival, que se estiró como gato a medianoche para negar el segundo tanto a los leoneses. Fue uno de esos instantes que en una crónica pasan a ser leyenda: “casi”, “por poquito”, “el que pudo ser…”.
Y así transcurrieron los minutos, con un Levante apretando y rozando la igualada, y con una Cultural que resistía como quien guarda tesoros en cofres escondidos. El cabezazo fallado de Pampín, los cambios improvisados, las piernas que pesan y las que no responden… todo bordó un lienzo de emoción pura, un segundo acto copero que tuvo de todo menos certeza, y que dejó al Reino de León vibrando con cada latido de una eliminatoria que, hasta el final, parecía un poema aún sin rima definitiva.

XI Cultural Leonesa: Miguel Bañuz; Iván Calero, Quique Fornos, Barzic, Juan Larios; Sergi Maestre, Diallo, Yayo, Rafa Tresaco, Paco Cortés; Diego Collado.
Amonestados: Bicho (60′)
Sustituciones: Diallo-Bicho (45′), Rafa Tresaco-Luca Ribeiro (62′), Yayo-Thiago Ojeda (76′), Diego Collado-Paraschiv (76′), Iván Calero-Victor García (87′).
Goleadores: Rafa Tresaco (12′)
XI Levante UD: Pablo Cuñat; Nacho Pérez, Dela, Matturro, Pampín; Oriol Rey, Unai Vencedor, Olasagasti, Iker Losada, Pablo Martínez; Morales.
Amonestados: Dela (26′)
Sustituciones: Olasagasti-Koyalipou (45′), Oriol Rey-Arriaga (45′), Koyalipou-Iván Romero (52′), Jeremy Toljan-Nacho Pérez (67′), Pablo Martínez-Carlos Espí (81′).
Goleadores:
Estadio: Reino de León
Árbitro: Gil Manzano









































