“De fills a pares”. La historia del nuevo socio 40102, por Fran Sánchez Alaminos | OneFootball

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“De fills a pares”. La historia del nuevo socio 40102

De: Fran Sánchez Alaminos

Para: Francisco Sánchez Fernández, socio 40.102

CC: Glaría, Subbuteo

Asunto: “De fills a pares”. La historia del nuevo socio 40102

Fecha: 3 de diciembre de 2025

Querido papa,

hace unas semanas compartía una publicación en la red social X que narraba una escena cotidiana -pero no por ello menos excepcional- de nuestra historia familiar y que es a su vez una pequeña escena que engrandece al Espanyol.

Cumplirás noventa y tres años este próximo mes de mayo. A veces recuerdo con precisión quirúrgica el instante en que entendí que me convertiste en perico. Me abruma lo nítido que lo guardo y el hecho de que todavía lo recuerdas.

Yo entonces tenía unos cinco años. En una modesta vivienda de La Verneda los veranos se llenaban de cromos de la Liga que mis vecinos y yo mismo comprábamos es los quioscos de prensa, y de chapas de refrescos que rebuscábamos en los bares del barrio.

Con los cromos repetidos y aquellas chapas de Trinaranjus, Estrella Dorada, Bitter Kas o Mirinda montábamos un Subbuteo casero: equipos de base metálica, jugadores recortados para encastrar sus caras en las chapas, balones que eran los botones de prendas viejas y porterías construidas con piezas de Tente. Aquellos torneos interminables en los descansillos de las plantas de los edificios eran el preludio de un final de verano que tenía el ruido de los cromos y el olor a la Liga que comenzaba aquellos años en septiembre.

Sabes que mis pasos hacia lo blanquiazul no venían dirigidos por nadie. A mi hermano y a mí uno de mis tíos nos había regalado una camiseta de “los vecinos”; el 8 de Cruyff para él, el 9 de Asensi para mí. Alguna vez la llegué a usar, pero no me transmitía ninguna ilusión. Me parecía vulgar por rutinaria, y todavía no sabía que mi fuero interno se iba tiñendo silenciosamente de un albiazul más Mediterráneo y que yo tenía alma de salmón nadando a contracorriente.

Un fin de semana de hace ya casi medio siglo, mientras jugaba distraído con una chapa con la cara de Glaría, me miraste y te agachaste, señalando la chapa con tu dedo índice y, con esa chapa con zamarra blanquiazul desparramada por el suelo, me dijiste como quien revela un secreto importante:

-Este equipo también es de Barcelona. Se llama Español. Les llaman los periquitos.

Para mí fue un descubrimiento y una revelación. La camiseta me encantaba y yo era barcelonés. Levanté los ojos y solté, con toda la solemnidad del mundo:

-Pues desde ahora soy del Español.

Creo que tu objetivo esencial era evitar que yo me hiciera culé, y el germen perico te pareció una idea excelente. Desde aquel mediodía ya fui perico para siempre. Lo sigo siendo hoy, y me temo que esto ya no tiene vuelta atrás.

Después de aquello, y visto mi entusiasmo, me llevaste a un Ciudad de Barcelona en Sarrià a ver un partido contra el Cruz Azul de México, luego otro ya de Liga contra el extinto CF Almería y más adelante contra el Castellón. Años después te compré una entrada y fuimos juntos a la final de la UEFA contra el Bayer Leverkusen y años más tarde conociste la Dani Jarque y el nuevo estadio de Cornellà.

El día que compartí este post leí en voz alta una noticia que era de las que alegran: el Espanyol tiene más socios que nunca. Y tu me dijiste, muy empático: “Si es así, un socio más les vendrá bien. Yo quiero también serlo”.

Con noventa y dos años probablemente te hayas convertido en el socio que ha llegado a esa condición en la edad más avanzada hasta la fecha y hablamos de 125 años de historia de nuestro club.

A los pocos días te asignaron tu número dentro de tu nueva família: el 40102 y desde entonces ya hemos vivido juntos dos victorias como pericos con carnet.

Es, ni más ni menos, la historia singular de cómo se puede llegar a ser perico desde un lugar inédito. Por tradición familiar pero en orden inverso al habitual. Un trasiego atípico que conduce al mismo punto fundamental que nos une a todos: la condición de seguidor del RCD Espanyol de Barcelona.

De un cromo de Glaría a mi conversión al espanyolismo y ahora también a la tuya. De “hijos a padres” hemos cerrado el círculo cincuenta años después.

Gracias papa.

En X

@SanchezAlaminos