expressfutbol.com
·20 de junio de 2025
De intocable a cuestionado: la caída de Ter Stegen en el Barcelona

In partnership with
Yahoo sportsexpressfutbol.com
·20 de junio de 2025
La llegada de Joan García al Barcelona por una cifra considerable, 26.3 millones de euros, no solo señala una operación astuta de Deco, sino que también ilumina con un foco implacable la figura de Marc-André Ter Stegen. El guardameta alemán, que durante años disfrutó de un estatus de intocable desde su llegada y su papel en la última Champions culé, ahora ve cómo su posición se tambalea. Para muchos, este descenso ha sido repentino, pero al analizar los hechos, la historia es otra.
Durante años, el rendimiento de Ter Stegen fue un tema tabú. Pese a actuaciones más que cuestionables en noches europeas oscuras (Roma, Liverpool, el 2-8 del Bayern), nadie en el club ni gran parte de la crítica se atrevía a señalarlo. Era como si se prefiriera hacer la vista gorda. Su competencia, que fue de Bravo a Cillessen, Neto e Iñaki Peña, parecía no hacerle sombra, como si el debate estuviera clausurado de antemano. Ni siquiera las operaciones en su rodilla derecha (en 2020 y 2021), que afectaron visiblemente su desempeño, generaron dudas sobre su inamovible titularidad.
Curiosamente, durante mucho tiempo se le consideró entre los tres o cinco mejores porteros del mundo, a pesar de no haber logrado consolidarse como titular en la selección alemana, incluso con las lesiones de Manuel Neuer. De hecho, Hansi Flick prefirió al veterano portero del Bayern para el Mundial de Qatar, aun estando casi un año lesionado. El halo de inviolabilidad de Ter Stegen comenzó a disiparse precisamente con la llegada de Flick al Barça, y también con Deco, quien ya venía fiscalizando su rendimiento tras su tercera operación, esta vez de espalda, la pasada temporada. Ter Stegen regresó para el tramo final de la temporada, donde no estuvo acertado y cometió errores significativos, como el intento de sombrero fallido ante Hugo Duro que terminó en gol del Valencia. Previamente, un fallo garrafal suyo en Mónaco provocó la expulsión de Eric García, y en lugar de asumir su culpa como capitán, se limitó a decir: «No nos entendimos bien, me sabe mal por Eric».
Más allá de su rendimiento, la capitanía de Ter Stegen ha sido objeto de escrutinio por parte de Deco y Flick. Según reveló el periodista Xavi Torres, el portero rehusó viajar a Milán tras las semifinales de la Champions contra el Inter, a pesar de que compañeros lesionados como Koundé sí lo hicieron. Esta decisión, tomada al saber que el club no movería hilos para inscribirlo por normativa UEFA (Szczesny sería el titular), sentó muy mal a Flick. Aunque lo alineó en Zorrilla (donde volvió a fallar en un gol), el técnico le advirtió públicamente: «En Milán y en el Clásico jugará Szczesny».
También trascendió su negativa a hablar públicamente después de jugar contra el Villarreal el día de la celebración de LaLiga. En el club tampoco gustó su aparición en el podcast alemán «Phrasenmäher» de Bild, donde presionaba sobre su regreso, quizás ya con información sobre el fichaje de Joan García.
El comportamiento de Ter Stegen siempre ha sido controversial. Él mismo admitió en ese podcast que presionó al club para irse al City en 2016 si Claudio Bravo no se marchaba, llegando a un punto de casi «perder los estribos». Este tipo de actitudes llegaron al vestuario, donde su relación con el «núcleo duro» (Messi, Neymar, Suárez, Busquets, Alba o Piqué) nunca fue la más fluida. Curiosamente, su capitanía no es resultado de una votación de sus compañeros, sino de ser el futbolista más antiguo de la plantilla.
En esencia, el rendimiento y el comportamiento de Ter Stegen han variado poco en los últimos años. Lo que sí ha cambiado radicalmente es el relato del club. En muy poco tiempo, el Barça ha pasado de protegerlo y evitar cualquier debate, a no emitir ni una declaración de apoyo, deslizar dudas sobre su desempeño deportivo y filtrar comportamientos que, como el de Milán, han erosionado su popularidad entre la afición.
Los aficionados, ahora, parecen darse cuenta de que, en su década en Barcelona, Ter Stegen no tiene noches mágicas equiparables a las de Zubizarreta (en Turín, Kaiserslautern o Wembley) o Valdés (en la final de Champions de 2006 en Saint Denis). Aunque logró su objetivo de ser el portero menos goleado en la Liga 22-23, carece de noches decisivas en Europa, donde ha acumulado varias actuaciones desafortunadas. Tal vez, Ter Stegen no era para tanto, o quizás, no merecía quedarse desprotegido en un club al que ha entregado una década de trabajo marcada por el individualismo, pero también por una gran profesionalidad.
La incógnita ahora es si Ter Stegen tirará la toalla y buscará la seguridad de ser titular en el próximo Mundial de América del Norte, o si se aferrará a su condición de «número uno» y luchará por el puesto contra Joan García. Por el momento, la primera opción parece la más probable