Anfield Index
·15 de noviembre de 2025
¿Debe el Liverpool fichar a Elliott Anderson para arreglar su mediocampo?

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·15 de noviembre de 2025

La temporada del Liverpool ha derivado en algo incómodo, desestructurado y totalmente evitable. Un arranque horrendo, plagado de colapsos desconcertantes y una alarmante falta de control, ha dejado al vigente campeón de la Premier League pareciendo cualquier cosa menos un equipo de élite coherente. Para un club que gastó cerca de £450 millones en la ventana veraniega, la idea de que esta plantilla siga llena de agujeros estructurales evidentes es asombrosa, y enteramente autoinfligida por un verano que se pareció más a un videojuego que a cualquier otra cosa.
El Liverpool construyó profundidad donde no la necesitaba, gastó mucho en atacantes sin abordar un núcleo de mediocampo en decadencia y volvió a intentar pasar una temporada sin un mediocentro defensivo genuino. Como era de esperar, la Premier League los ha expuesto sin piedad y la vida sin su lateral creativo, Trent Alexander-Arnold, está lejos de ser de élite.
Con enero acercándose, la pregunta es simple: ¿Es Elliott Anderson quien puede ayudar a recomponer esta estructura?
Cuando en 2024 se identificó a Martín Zubimendi como el No. 6 ideal para el Liverpool, pareció que el club por fin entendía la gravedad de su fragilidad en el mediocampo, después de fallar en 2023 en el intento por fichar a Moisés Caicedo. En cambio, el Arsenal aseguró al internacional español un año después y ahora disfruta de los beneficios: posesión controlada, colocación impecable, bloqueo de líneas de élite y una salida constante para sus centrales. Su integración sin fisuras en el Emirates no hace más que resaltar el error del Liverpool, y parece que será costoso.
Ese error se ha magnificado esta temporada. El perfil actual del mediocampo está tremendamente desequilibrado: demasiado técnico y poco físico; demasiado pulcro y poco disruptivo. Dominik Szoboszlai puede ser una fuerza de la naturaleza, Alexis Mac Allister es un técnico excepcional y Ryan Gravenberch tiene las herramientas, pero ninguno es un estabilizador natural que se especialice en el rol más profundo. Ninguno protege de forma natural la línea defensiva ni crea una defensa de tres en transición, como hacía Fabinho con los centrales abriéndose. Ninguno dicta de forma natural las transiciones defensivas y eso hace que el proceso del verano parezca muy ingenuo.
El Liverpool necesita un centrocampista con ferocidad, presencia atlética, mordiente defensiva e inteligencia para operar como destructor y conductor. Un jugador que cambie la temperatura en el centro del campo.
Ahí es donde Elliott Anderson se vuelve la solución más intrigante, y quizá ya tardía.
En el Nottingham Forest, Anderson se ha convertido en un mediocampista incansable de doble recorrido. Presiona con convicción, entra con firmeza en los duelos, protege a su defensa con físico y conduce el balón bajo presión. Es, sencillamente, el perfil que el Liverpool no ha tenido desde la abrupta caída de Fabinho. Además, encaja en el molde de Michael Edwards: joven, en ascenso, tácticamente flexible y hecho para el desarrollo a largo plazo.
Y a diferencia de Carlos Baleba o Adam Wharton, Anderson aporta una curva de adaptación a la Premier League ya completada. Está listo para enchufar y jugar, y podría ser transformador si lo fichan.
Normalmente, el modelo de planificación a largo plazo del club se inclinaría por reconstruir en verano. Pero esta situación no es normal y roza lo drástico. Los malos resultados han reabierto heridas del régimen anterior, la presión ha aumentado tanto sobre Arne Slot como sobre el equipo de fichajes, y el desequilibrio de la plantilla ya no puede ignorarse.
Edwards lo sabrá: no puede afrontar la segunda mitad de la temporada sin corregir la debilidad estructural del mediocampo. Y la situación del Nottingham Forest, ya golpeado por sanciones del FFP y con pocas opciones de alcanzar Europa, los convierte en uno de los clubes más vulnerables de la Premier League a la hora de vender, les guste o no.
Anderson no será barato. El Liverpool puede enfrentarse a un coste por encima de £70 millones, pero ese es el precio del control, la estabilidad, la madurez y la transformación en un solo fichaje.
Si hay un jugador capaz de inyectar esperanza en una afición sacudida y de insuflar nueva vida a esta máquina averiada, es el emergente No. 6 de Inglaterra: Elliott Anderson, el mediocampista al que el Liverpool nunca debió pasar por alto.
Este artículo fue traducido al español por inteligencia artificial. Puedes leer la versión original en 🏴 en este enlace.









































