Madrid-Barcelona.com
·4 de diciembre de 2025
Deco tomó la decisión correcta, la oveja negra del Barça vuelve a lesionarse

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Cuando el Barça decidió que Ansu Fati debía salir cedido, muchos aficionados interpretaron el movimiento como una renuncia prematura a un talento extraordinario. Deco defendió la operación asegurando que el jugador necesitaba un contexto donde pudiera recuperar continuidad y confianza sin la presión constante del entorno blaugrana.
Con el paso de los meses, y viendo lo que está ocurriendo en el Mónaco, la percepción ha empezado a cambiar. Lo que entonces parecía un riesgo innecesario hoy empieza a verse como una decisión prudente que protegía tanto al club como al propio futbolista.
La llegada de Ansu al Mónaco generó optimismo, con un arranque ilusionante, minutos regulares y un ritmo que recordaba a su mejor versión. Incluso su eficacia goleadora comenzaba a reaparecer, algo que hacía pensar que podía reconstruir su carrera lejos de Barcelona. Sin embargo, la estabilidad duró poco.
La situación de Ansu Fati en el Mónaco | @AS_Monaco_ES
El despido de Adi Hütter, su principal valedor dentro del club, supuso un golpe importante. Con la llegada de Sébastien Pocognoli, la gestión del vestuario cambió por completo y el reparto de minutos se volvió mucho más conservador.
Ansu pasó del once titular al banquillo, su presencia ofensiva perdió peso y la sequía frente a portería volvió a instalarse. Desde aquel doblete contra el Niza el 5 de octubre, acumula ya nueve encuentros sin marcar ni encontrar protagonismo real en el juego.
El último episodio ha encendido todas las alarmas: una lesión en los isquiotibiales sufrida al final de un entrenamiento lo apartará de la próxima convocatoria. Todo apunta a que permanecerá inactivo durante un periodo que aún está por determinar. Este nuevo contratiempo llega en el peor momento posible, justo cuando necesitaba sumar confianza y recuperar espacio en el equipo.
La situación resulta especialmente frustrante porque su paso por el Mónaco había empezado con señales de mejora tanto física como emocional. No obstante, esta recaída vuelve a evidenciar la fragilidad de una carrera marcada por lesiones desde su grave problema de rodilla en el Barça. Es difícil evitar la sensación de que cada avance queda empañado por un parón inesperado.
Más allá del aspecto deportivo, esta nueva lesión refuerza la idea de que la cesión no solo era necesaria, sino inevitable. El Barça no podía permitirse otra temporada condicionada por la intermitencia física de un jugador que, pese a su enorme talento, sigue sin garantizar continuidad.
Deco evaluó los riesgos y optó por una decisión que protegía al club y daba a Ansu un entorno más calmado para recomponerse. Con este nuevo episodio, la sensación es clara: el Barça actuó con lógica. Aunque todos quieren que Ansu vuelva a su mejor nivel, los hechos muestran que la paciencia tiene límites y que, por ahora, Deco tenía razón.









































