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·9 de octubre de 2025

El adiós de Miguel Ángel Russo

Imagen del artículo:El adiós de Miguel Ángel Russo

Luego de una gran batalla de casi diez años contra el cáncer, Miguel Ángel Russo ha fallecido. Como jugador de fútbol, tuvo un solo club en su carrera: Estudiantes de La Plata, donde disputó 14 temporadas y un total de 435 partidos oficiales.

Como técnico fue todo lo contrario: pasó por numerosos clubes y tuvo una extensa carrera de 36 años en el cargo, trabajando de manera casi ininterrumpida, con apenas algunos periodos sin dirigir.


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Comenzó su camino en Lanús, logrando dos ascensos con el club, en 1990 y 1992. En 1994 volvió a su primer amor, Estudiantes de La Plata, en dupla con Eduardo Luján Manera, consiguiendo otro ascenso como campeón.

En 1996 tuvo su primera experiencia fuera del país: fue convocado para dirigir a la Universidad de Chile, con la que alcanzó las semifinales de la Copa Libertadores, aunque renunció al año siguiente.

En 1997 se unió a uno de los clubes que marcarían su vida, Rosario Central, logrando la clasificación a la Copa Conmebol 1998. Tras su salida, tuvo nuevas experiencias en el exterior antes de regresar al país.

De vuelta en la Argentina, asumió en Colón de Santa Fe y luego regresó a Lanús. En 2002 volvió a Rosario Central, al que sacó de los puestos de descenso y clasificó a la Copa Sudamericana 2003 y a la Copa Libertadores 2004.

En 2005 llegó a Vélez Sarsfield, donde obtuvo su primer título de Primera División, el Torneo Clausura 2005, y alcanzó las semifinales de la Copa Sudamericana.

A fines de 2006 arribó a otro club que se volvería su casa: Boca Juniors. En su primera etapa logró nada menos que la Copa Libertadores 2007, siendo el último técnico en conseguirla hasta hoy y el tercero en lograrla en la historia del club. Con Juan Román Riquelme como figura, su equipo venció 5-0 a Gremio en la final. También fue subcampeón del Torneo Clausura y finalista del Mundial de Clubes, donde perdió ante el Milán, tras lo cual dejó el cargo.

En 2008 dirigió a San Lorenzo, quedando cerca de ganar el Torneo Apertura, que finalmente se llevó Boca.

En 2009 regresó a Rosario Central para intentar mantener al club en Primera División. Aunque lo consiguió, la dirigencia decidió no renovarle el contrato.

Entre 2010 y 2011 pasó por Racing y tuvo otro ciclo en Estudiantes, sin demasiado éxito. Ese mismo año volvió a Rosario Central y logró el ascenso a Primera, convirtiéndose en el entrenador con más partidos dirigidos en la historia del club.

En 2015, tras una mala racha, renunció a Central y una semana después regresó a Vélez, aunque sin buenos resultados.

En 2016 asumió en Millonarios de Colombia, club donde se ganó el cariño eterno de los hinchas. En 2017 conquistó el Torneo Finalización, ganándole la final al clásico rival, Santa Fe. Pero poco después salió a luz que fue diagnosticado con cáncer de próstata. Pese a estar bajo tratamiento de quimioterapia, dirigió la final igual, dejando una frase que lo inmortalizó: “Todo se cura con amor”.

En 2018 sumó otro título con Millonarios, la Superliga Colombiana, y se despidió del club a fin de año. Luego tuvo pasos breves por Alianza Lima y Cerro Porteño, hasta que en 2020 volvió a Boca Juniors. En un sprint final memorable, su equipo le ganó la Superliga a River en la última fecha, en una definición épica frente a Gimnasia, y en enero de 2021 conquistó la Copa Diego Armando Maradona, eliminando dos veces a River por penales.

Posteriormente tuvo un corto paso por el Al-Nassr de Arabia Saudita, hasta que en 2022 regresó por quinta vez a Rosario Central. En diciembre de 2023 cerró un círculo perfecto al ganar su primer título de Primera División con el club, la Copa de la Liga, y se marchó a mediados de 2024 por motivos personales.

En octubre de ese año asumió por segunda vez en San Lorenzo, llevando al equipo hasta las semifinales del Torneo Apertura 2025, tras lo cual dejó el cargo.

Pero el destino le tenía reservada una última etapa. En junio de 2025 volvió a Boca Juniors para dirigir el Mundial de Clubes, levantando a un equipo golpeado y demostrando que se podía competir de igual a igual con los grandes europeos.

A mediados de septiembre, su estado de salud empeoró. Hizo todo lo posible por estar presente en el Rosario Central–Boca Juniors, y se despidió sin saberlo en el banco frente a Central Córdoba en La Bombonera.

Miguel Ángel Russo la peleó hasta el último día. Eligió irse en su ley: como técnico de Boca Juniors, con la ropa del club, haciendo lo que amaba, donde quería estar.

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