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·19 de diciembre de 2025

El Albacete se juega su futuro con renovaciones

Imagen del artículo:El Albacete se juega su futuro con renovaciones

Hay silencios que pesan más que una derrota. En el Carlos Belmonte, el murmullo no nace de un mal resultado puntual, sino de una sensación que se va enquistando con el paso de las semanas: el Albacete Balompié no consigue cerrar las renovaciones de varios de sus futbolistas más importantes. Y el tiempo, en el fútbol profesional, nunca juega a favor del que duda.

Morci, Agus Medina y Riki Rodríguez finalizan contrato al término de la presente temporada. Tres nombres propios que sostienen buena parte del proyecto deportivo y que, a día de hoy, siguen sin estampar su firma. Las negociaciones existen, pero están lejos de avanzar. Y esa parálisis empieza a generar inquietud.


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Morci, talento cotizado y miradas desde arriba

El caso de Morci es especialmente delicado. El atacante se ha consolidado como uno de los futbolistas más desequilibrantes del Albacete, capaz de marcar diferencias en una categoría donde el talento ofensivo se paga caro. Su rendimiento no ha pasado desapercibido y ya hay clubes de mayor músculo económico, como el Almería, atentos a su situación contractual.

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Aquí está el nudo del problema. El Albacete quiere retener a uno de sus activos más valiosos, pero el mercado aprieta. Y cuando un jugador entra en el último año de contrato sin acuerdo, el club pierde fuerza negociadora. Cada partido sin renovar es un escaparate que se ilumina.

Agus Medina, de la esperanza al punto muerto

Algo similar ocurre con Agus Medina. Durante meses, su renovación parecía encaminada. El contexto invitaba al optimismo. Sin embargo, el paso del tiempo ha enfriado las conversaciones y hoy la continuidad del futbolista está más lejos que cerca.

Agus representa ese perfil tan valorado en LaLiga Hypermotion: compromiso, regularidad y conocimiento del club. Su posible salida no sería solo una pérdida deportiva, sino también simbólica. Porque cuando un proyecto no logra retener a perfiles así, el mensaje hacia dentro y hacia fuera se debilita.

Riki Rodríguez, el capitán que sigue sin atar

El caso más sensible es el de Riki Rodríguez. Capitán, referente y termómetro emocional del vestuario. En verano ya estuvo en el radar de un Deportivo de la Coruña que tanteó seriamente su fichaje. No salió entonces, pero la amenaza sigue latente.

Si la situación no cambia, Riki podría marcharse libre el próximo verano. Para un club como el Albacete, perder gratis a su capitán sería un golpe difícil de digerir. No solo por lo que aporta en el campo, sino por lo que representa fuera de él.

Un problema estructural, no puntual

Este escenario no responde únicamente a nombres propios. Habla de un problema estructural. El Albacete compite en una categoría donde el equilibrio económico es frágil y donde convencer a los mejores para quedarse exige algo más que sentimiento. Proyecto, ambición y estabilidad pesan tanto como el salario.

Cuando las renovaciones se estancan, el vestuario lo percibe. Y cuando el vestuario lo percibe, el rendimiento puede resentirse. El fútbol es confianza, y la incertidumbre contractual erosiona.

El riesgo de perder identidad

Más allá de lo deportivo, el Albacete se enfrenta a una cuestión de identidad. Si Morci, Agus Medina o Riki Rodríguez terminan saliendo, el club no solo perderá calidad. Perderá continuidad. Y en Segunda, donde cada verano obliga a reconstruir, mantener un núcleo fuerte es casi una necesidad vital.

El reloj corre. Y cada semana sin acuerdo es un paso más hacia un desenlace que nadie desea en el Belmonte.

Decidir el futuro antes de que lo decidan otros

El Albacete aún está a tiempo. Pero el margen se estrecha. Retener a sus referentes no es solo una cuestión contractual; es una declaración de intenciones. Porque los proyectos que crecen son los que cuidan a los suyos antes de que el mercado los convierta en oportunidades ajenas.

El balón sigue rodando, sí. Pero en los despachos, el partido más importante del curso ya ha empezado. Y no admite empates.

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