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·9 de junio de 2025

El banquillo que salvó a Zaragoza

Imagen del artículo:El banquillo que salvó a Zaragoza

El Real Zaragoza ha cerrado una temporada repleta de dificultades, pero entre las cifras que deja el año destaca un registro que desentona respecto al tono general: ningún equipo de la Segunda División marcó tantos goles con jugadores suplentes como el conjunto aragonés. Los relevos blanquillos firmaron 20 de los 56 tantos ligueros, lo que supone el 35% del total de goles del equipo y encabeza ampliamente esta estadística en la categoría.

La capacidad anotadora de los suplentes zaragocistas se manifestó con fuerza en la recta final del curso, especialmente desde la llegada de Gabi Fernández al banquillo. En los once partidos con él al frente, seis de los 14 goles conseguidos por el equipo llevaron la firma de jugadores que empezaron como reservas. Ejemplos recientes son Dani Gómez, autor de un penalti en Castellón, así como sus tantos frente al Cartagena o, junto a Marí, en la remontada en La Romareda. Adu Ares también sumó en Ferrol, y Pau Sans volvió a salir al rescate en el Ciutat de València.


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El Zaragoza superó así a dos equipos que terminaron ascendiendo, Levante (18 goles desde el banquillo) y Elche (16), confirmando la singularidad de un plantel cuya aportación reservista no tuvo reflejo equivalente en la tabla. Sorprende que una estadística tan productiva no haya propulsado a los de La Romareda hacia cotas más altas en la clasificación, en contraste con el rendimiento global del equipo.

En el plano individual, Pau Sans y Dani Gómez fueron los exponentes principales del fenómeno. El canterano anotó los cuatro goles de su cuenta liguera siempre como suplente y fuera de casa, debutando en Cartagena y prolongando su eficacia en Málaga, Granada y Valencia; aún le queda pendiente celebrar un gol como titular o ante su público. Por su parte, el delantero madrileño transformó tres de sus cuatro goles entrando desde el banquillo, mostrando especial acierto en los penaltis —con dos convertidos desde su llegada en enero—.

El equipo logró la permanencia empujado por el empuje de La Romareda y enfrentándose en los últimos partidos a rivales sin grandes objetivos en juego, pero el mérito de Gabi y el aprovechamiento de los relevos resultaron determinantes para mantener al club en la categoría; un dato que invita a la reflexión de cara a la reconstrucción del próximo proyecto. Al fin y al cabo, convertir el revulsivo en un impulso para ser más ambicioso no solo desde el banquillo, sino como bloque, es ya el gran desafío pendiente en Zaragoza.

Source: El Periódico de Aragón

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