El Celta vacía su mochila con el primer triunfo liguero | OneFootball

Foto: Juan Manuel Serrano Arce / Getty Images

El Celta  puso fin ayer a una racha tan prolongada como difícil de comprender: nueve jornadas sin conocer la victoria en el arranque liguero. Aunque en algunos encuentros el equipo no había hecho méritos suficientes para ganar, la sensación general era que el conjunto celeste merecía haber sumado algún triunfo mucho antes.

Paradójicamente, el partido que rompió la sequía no fue, quizá, el mejor del Celta en cuanto a juego. Sin embargo, el fútbol no siempre atiende a la lógica, y la auténtica justicia en este deporte se mide en goles: el que marca más, gana.

Más allá del valor numérico de los tres puntos, el triunfo tiene un peso psicológico enorme. Supone liberar a la plantilla de la presión acumulada tras semanas de frustración y resultados adversos. Aunque el equipo aún se mantiene en una zona clasificatoria comprometida, la victoria le permite dar un paso importante hacia la tranquilidad y afrontar el futuro inmediato con mayor confianza.

No obstante, el partido también dejó claro que hay aspectos que mejorar. El rendimiento irregular y ciertos desajustes invitan a seguir trabajando con autocrítica. Eso sí, hacerlo después de un triunfo siempre es más fácil que tras una derrota o el enésimo empate a uno.

Con esta victoria, y tras los recientes éxitos frente al Niza y en Pamplona, el Celta afrontará por fin una semana de respiro, prácticamente la primera en toda la temporada. En el horizonte esperan un compromiso copero, que exigirá concentración y respeto para evitar sorpresas, y un duelo complicado ante el Levante en el Ciutat de València en otra semana muy importante y con cosas importantes en juego. El fútbol no da respiro.