El 'Clásico' invisible: La ciberseguridad se convierte en el fichaje galáctico para proteger los secretos de vestuario | OneFootball

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·2 de diciembre de 2025

El 'Clásico' invisible: La ciberseguridad se convierte en el fichaje galáctico para proteger los secretos de vestuario

Imagen del artículo:El 'Clásico' invisible: La ciberseguridad se convierte en el fichaje galáctico para proteger los secretos de vestuario

Mientras los aficionados discutimos sobre el VAR, las alineaciones o el estado de forma de las estrellas, en los despachos de la Castellana y Arístides Maillol se disputa otro partido igual de intenso, pero mucho más silencioso: la guerra por la información.

En una industria que mueve miles de millones de euros cada temporada, la información es el activo más valioso. Conocer qué jugador está siguiendo el eterno rival, cuánto está dispuesto a pagar por una renovación o qué cláusulas secretas esconde el contrato de un crack mundial puede marcar la diferencia entre un éxito deportivo o un fracaso histórico. Y en esta batalla, la tecnología juega un papel fundamental.


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El fin de la era del fax y el miedo a las filtraciones

Atrás quedaron los tiempos en los que los fichajes se frustraban por un fax que llegaba tarde. Hoy, la gestión deportiva de clubes de la talla del Real Madrid o el FC Barcelona es totalmente digital. Directores deportivos, ojeadores y presidentes viajan constantemente y gestionan negociaciones vitales desde hoteles, aeropuertos y dispositivos móviles. Esta movilidad, aunque necesaria, ha abierto una brecha de seguridad que preocupa, y mucho, a las cúpulas directivas.

El fantasma de "Football Leaks" sigue muy presente. Nadie quiere ver el contrato de su máxima estrella publicado en portada de un diario internacional al día siguiente. Para evitar estos desastres, los clubes han tenido que reforzar sus defensas digitales tanto como sus defensas centrales.

Aquí es donde entra en juego la higiene digital de los altos ejecutivos. De nada sirve tener servidores blindados en el estadio si el director deportivo utiliza una clave sencilla para acceder a su correo desde una red Wi-Fi pública. Por ello, el uso de herramientas de cifrado y un gestor de contraseñas profesional se ha vuelto obligatorio en la élite. Estas soluciones permiten a los directivos asegurar que los accesos a las negociaciones, ofertas y datos médicos de la plantilla estén protegidos bajo llaves criptográficas, impidiendo que un tercero intercepte las comunicaciones y reviente una operación de mercado.

Cuando un hackeo vale más que un título

La vulnerabilidad no solo afecta a los directivos, sino también a los propios futbolistas. En nuestra sección de actualidad del mercado de fichajes, hemos visto en numerosas ocasiones cómo las redes sociales de jugadores han sido comprometidas, generando polémicas innecesarias o revelando salidas antes de tiempo.

Pero el riesgo corporativo es mayor. Imaginemos que el plan estratégico de la Superliga o los detalles de la financiación del Espai Barça o del nuevo Bernabéu cayeran en manos equivocadas debido a un ataque de phishing contra un empleado del club. Las pérdidas serían incalculables. Según expertos en derecho deportivo y tecnología, los clubes de La Liga han incrementado su presupuesto en ciberseguridad un 200% en el último lustro.

La privacidad como ventaja competitiva

En la rivalidad histórica entre merengues y culés, cualquier detalle cuenta. Si un club consigue mantener en absoluto secreto una negociación hasta el día de la firma, ha ganado una batalla. El secretismo ayuda a no encarecer el precio del jugador y a evitar que otros clubes (como los de la Premier League o los clubes-estado) se entrometan con ofertas mareantes.

Para lograr ese hermetismo, los canales de comunicación tradicionales (WhatsApp, correos estándar) ya no son válidos. Se requieren entornos encriptados donde la información viaje segura. Al final, proteger los datos del club es proteger el patrimonio de los socios.

El futuro del fútbol pasa por la nube

La transformación digital de los estadios, con entradas biométricas y experiencias inmersivas para el fan, añade más capas de complejidad. Los clubes ya no son solo entidades deportivas, son multinacionales del entretenimiento que custodian datos bancarios de millones de aficionados y datos biométricos de atletas de élite.

En definitiva, aunque los goles los marcan los delanteros, los "porteros" digitales que protegen los servidores del club son hoy más necesarios que nunca. En el fútbol del siglo XXI, la mejor defensa no siempre es un buen ataque; a veces, es una buena contraseña y un sistema de comunicación impenetrable que mantenga los trapos sucios (y los limpios) dentro de casa.

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