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·10 de noviembre de 2025

El gesto de Paredes que marcó el Superclásico

Imagen del artículo:El gesto de Paredes que marcó el Superclásico

Leandro Paredes cambió, mejoró y potenció a Boca desde su regreso, y el Superclásico fue otra prueba de su influencia. No fue la figura de la tarde ni ofreció su mejor versión técnica, pero se convirtió en el motor emocional del equipo. La Bombonera lo notó, y un gesto que parecía menor terminó multiplicando su impacto entre los hinchas.

Tras el primer gol, mientras la mayoría corrió hacia la banda para festejar con Exequiel Zeballos, Paredes hizo algo distinto. El capitán se dio vuelta apenas la pelota entró y corrió hacia atrás buscando a Agustín Marchesín. Lo abrazó fuerte, en silencio, en un festejo que no fue casual.


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Paredes, Marchesín y las claves del liderazgo

Las redes estallaron después del partido y los bosteros resumieron el sentimiento con una frase clara: “Mi capitán”. El protagonismo se lo llevó Zeballos con su tanto y el festejo icónico de cara a la tribuna, con bailecito incluido. Sin embargo, mientras esa celebración se robaba todos los flashes, Paredes escribía otro capítulo importante dentro del campo.

Ese abrazo reveló algo más profundo. Marchesín venía siendo cuestionado antes del Superclásico por un nivel irregular y errores costosos. Incluso, en la derrota contra Defensa y Justicia, había cometido un penal y fallado en la salida del segundo gol, momento en que Paredes lo había recriminado con dureza.

Unión y mensaje para el plantel

Pero aquella discusión quedó en el pasado. Con el 1-0, ambos se fundieron en un abrazo que significó paz interna y confianza hacia adelante. Para el arquero, fue un voto de respaldo en medio de las dudas.

Además, este gesto dejó en claro que la unión del plantel es una de las claves del resurgimiento de Boca bajo la conducción de Claudio Úbeda. Paredes no solo juega, también ordena, acompaña y lidera en momentos calientes. De hecho, el Superclásico terminó mostrando que el rol emocional del 5 es tan importante como su aporte futbolístico.

Un Superclásico que dejó señales claras

En un duelo cargado de presión, Boca respondió con carácter y compromiso. Marchesín cumplió con creces y se sacudió las críticas con atajadas firmes y seguridad en cada intervención. Paredes, por su parte, reafirmó que su influencia va más allá de la pelota.

Así, el abrazo quedó como símbolo del triunfo y del camino que quiere recorrer Boca. No fue un detalle aislado, sino una demostración de identidad y respaldo. La Bombonera lo vio, los hinchas lo sintieron y el grupo lo entendió: este Boca se sostiene en la unión y en sus líderes.

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