El Huesca daría salida a un portero de la casa | OneFootball

El mercado invernal suele ser un territorio de urgencias, de parches y soluciones rápidas. Pero en Huesca el foco no está puesto únicamente en lo inmediato. La SD Huesca piensa en enero, sí, pero también en junio. Y en ese horizonte aparece una figura silenciosa, casi invisible en el día a día competitivo: Juan Pérez.

Canterano, guardameta de la casa, 29 años y con el contrato entrando en su recta final. Demasiados elementos como para que la historia pase desapercibida, aunque así lo haya hecho sobre el césped.

Cero minutos, muchas señales

Los datos, en este caso, son tan fríos como contundentes. Ni con Guilló primero, ni ahora con Bolo, Juan Pérez ha tenido un solo minuto de juego en LaLiga Hypermotion esta temporada. Tampoco en Copa del Rey. En una posición tan específica como la portería, la ausencia prolongada suele ser más que una decisión puntual: es un mensaje.

El Huesca ha apostado de forma clara por otros perfiles bajo palos y esa elección, sostenida en el tiempo, deja al guardameta oscense en una situación delicada. Porque en el fútbol profesional, la inactividad no solo pesa en lo deportivo, también en lo emocional y en lo contractual.

El valor de pertenecer… y el coste de esperar

Juan Pérez no es un extraño en El Alcoraz. Conoce la casa, el entorno y la exigencia. Ha sido parte del proyecto durante años, asumiendo distintos roles, desde la titularidad hasta la espera paciente. Pero incluso la paciencia tiene un límite.

A sus 29 años, el portero se encuentra en una edad clave para su carrera. El próximo contrato puede marcar su futuro inmediato, y llegar a él sin minutos, sin ritmo competitivo, es un riesgo que pocos futbolistas están dispuestos a asumir.

La SD Huesca, por su parte, parece tener clara la hoja de ruta. El club trabaja en la planificación del medio plazo y todo apunta a que la continuidad de Juan Pérez no entra en esos planes, salvo giro inesperado.

Enero, una puerta entreabierta

Con el mercado invernal a las puertas, surge una pregunta inevitable: ¿salir ahora o esperar a junio? Ambas opciones tienen aristas.

Salir en enero permitiría a Juan Pérez encontrar minutos, volver a sentirse portero cada fin de semana y reivindicarse desde el césped. Para el Huesca, supondría liberar ficha y anticiparse a una salida que, salvo sorpresa, parece escrita.

Esperar hasta junio, en cambio, implicaría llegar libre al mercado, con mayor margen de decisión… pero también con el lastre de una temporada en blanco.

Un espejo del fútbol profesional

El caso de Juan Pérez no es aislado. Es el reflejo de una realidad habitual en el fútbol profesional, especialmente en posiciones como la portería, donde solo hay espacio para uno. La confianza del entrenador lo es todo, y cuando se pierde —o no llega—, el camino se vuelve cuesta arriba.

En Huesca, el silencio bajo palos habla más que cualquier comunicado. No hay conflicto público, no hay ruido. Solo hechos. Y los hechos indican que el ciclo se acerca a su final.

Cuando quedarse también es marcharse

A veces, marcharse no es una huida, sino un acto de coherencia. Juan Pérez encara semanas decisivas, en las que deberá elegir entre seguir esperando o volver a competir. El Huesca, mientras tanto, continúa su camino, mirando al presente y al futuro con la frialdad que exige la planificación deportiva.

El fútbol no siempre es justo, pero sí suele ser claro. Y ahora mismo, en El Alcoraz, el mensaje es nítido: el tiempo de Juan Pérez se consume, como un reloj que nadie oye… pero que no deja de avanzar.