El Huesca se lleva un golpe al alma en el Belmonte | OneFootball

Hay derrotas que escuecen por dentro, que no se curan con hielo ni con el paso de los días. Derrotas que se clavan donde más duele. En la autoestima colectiva. En el Carlos Belmonte, la SD Huesca sufrió una de esas que dejan resaca emocional. Ganaba, competía, veía la luz… Hasta que todo se evaporó en una remontada que dejó al cuadro de Guilló aturdido, sin premio y con tres futbolistas tocados. Aunque uno de ellos lo estaba desde la previa.

No fue solo el resultado. Fue la sensación de haber tenido el partido donde quería y no saber amarrarlo. Un viaje que debía servir para sumar y crecer termina con preocupación, dudas y la necesidad urgente de reaccionar. Porque en LaLiga Hypermotion, cada detalle puede cambiar el curso de una temporada.

La remontada del Albacete: un giro cruel

El Huesca mostró personalidad para adelantarse, dar continuidad a su plan y controlar fases del encuentro a su favor. Pero el fútbol, a veces, castiga sin motivo aparente y no entiende de merecimientos. El Albacete, empujado por su gente, encontró el camino de la remontada, castigó los errores y cambió el guion de forma súbita.

Las estadísticas del choque reflejan lo que en el césped se sintió. Un partido equilibrado en posesión y duelos, pero decidido por detalles que el Huesca no supo gestionar. Y eso, en una liga que penaliza la inocencia, duele el doble. El equipo oscense pasó de rozar una victoria de autoridad a encajar un golpe que le recuerda que jugar bien no siempre es suficiente.

Tres nombres propios entre algodones en el Huesca

Como si el marcador no fuese castigo suficiente, la enfermería se llevó parte del protagonismo. Tres nombres están bajo seguimiento:

Dani Ojeda, la lesión que más preocupa

Entre las preocupaciones, la de Dani Ojeda se sitúa como la más seria. El extremo notó un pinchazo que apunta a una lesión muscular en el gemelo. A la espera de pruebas, el pronóstico inicial invita a la cautela. Y en el mejor de los casos, podría perderse alguna jornada. Ojeda, diferencial por desborde y por amenaza al espacio, es un perfil difícil de reemplazar en una plantilla que necesita talento para desequilibrar.

Óscar Sielva, pausa preventiva y esperanza

El caso de Óscar Sielva está rodeado de un optimismo moderado. Fue baja por precaución tras molestias, pensando en evitar riesgos mayores. La previsión invita a creer que puede estar disponible en el partido aplazado que se disputará esta semana ante la Real Sociedad B, clave para no perder ritmo competitivo y sostener el proyecto de Guilló en el medio campo. Su presencia da equilibrio, lectura y jerarquía para gobernar los encuentros.

Enol Rodríguez, susto sin secuelas… pero con vigilancia

La tercera nota viene con alivio. Enol Rodríguez, el futbolista que se ha convertido en la referencia goleadora del equipo, tuvo que retirarse con molestias. Todo apunta a que quedará en un susto. Pero el cuerpo técnico realizará seguimiento, consciente de que el delantero es ahora mismo el mayor argumento ofensivo del Huesca. Sin él, el equipo pierde colmillo.

Guilló y el reto del equilibrio emocional

El desafío para Guilló va más allá de la pizarra. Se trata de saber gestionar una herida que puede dejar mella. La respuesta mental del grupo será tan importante como la recuperación física de sus hombres. El Huesca ha mostrado evolución en juego, identidad con balón y capacidad para competir. Pero necesita transformar buenas sensaciones en puntos. Sin eso, todas las virtudes quedan atrapadas en el aire.

Este tropiezo llega, además, en un momento en el que el equipo buscaba continuidad y estabilidad. El partido aplazado es una oportunidad de oro. Ganar supondría cicatrizar, recuperar confianza y evitar que el golpe se convierta en crisis. Hacerlo en el campo del colista despejaría dudas.

Una encrucijada que medirá al Huesca

Las temporadas se construyen tanto con victorias como con respuestas ante la adversidad. Esta será la primera gran prueba emocional del proyecto. El Huesca debe decidir si esta derrota será solo una piedra en el camino o un punto de inflexión negativo.

Lo que determine el destino no será lo ocurrido en Albacete, sino lo que el Huesca sea capaz de construir después de haber caído. Porque los equipos que crecen de verdad no son los que no tropiezan. Son los que aprenden a levantarse con más fuerza.