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·5 de noviembre de 2024

El Madrid se mete en un lío europeo

Imagen del artículo:El Madrid se mete en un lío europeo

Volvía la Champions League al Santiago Bernabéu. Y el feudo que ha visto a su equipo levantar 15 veces La Orejona, y lo hacía tan solo dos semanas después de otra noche mágica europea en la remontada al Borussia Dortmund. Dos semanas en las que, sin embargo, el Real Madrid ha atravesado dos situaciones complicadas. Primero la abultada derrota en el Clásico en el propio Santiago Bernabéu, y solo dos días después, el desplante en el Balón de Oro, que hoy consideraban que Vinícius estaría levantando ante su afición.

Sin embargo, el fútbol no espera, y mucho menos lo hace la Champions League. Y frente a la crisis, el conjunto blanco recibía al A.C. Milan, otro gigante europeo que, sin embargo, atraviesa horas bajas: dos derrotas en tres encuentro de Champions League, y fuera de puestos europeos en al Serie A. Sin embargo, el Santiago Bernabéu se vistió de gala para celebrar el partido más laureado del viejo continente, entre dos gigantes en horas bajas, cuyas vitrinas albergan un total de 22 Champions League.


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Dos errores condenan al Madrid en la primera mitad

Y el partido comenzó como solo un duelo de gigantes europeos puede hacerlo: de tú a tú. Ni el Madrid ni el Milán salieron a especular, con un dinamismo desde el primer instante en el que los dos equipos pujaban fuerte para hacerse con el control del esférico. Y ni siquiera habían transcurrido cinco minutos cuando ambos equipos ya habían realizado sendos acercamientos al área rival: primero Mbappé para el Madrid, con un disparo cruzado que se marchó fuera, y Rafael Leao para el Milan después, con un disparo mordido que atrapó sin problemas Lunin.

Cinco minutos que fueron toda una declaración de intenciones por parte de ambos equipos, que dejaron claro desde el primer momento que no habían dejado nada en los vestuarios. Y tal y como ocurrió en el encuentro ante el Borussia, fue el conjunto rossonero el primero en golpear. Lo hizo recién cumplidos los primeros diez minutos, en un córner botado por Pulisic que encontró al borde del área pequeña a Thiaw, que remató ante la pasividad de Tchouaméni en defensa.

Un gol que agitó al conjunto blanco, que inmediatamente después tuvo una clara doble ocasión de gol. Primero, un desmarca de ruptura de Mbappé permitió al francés encontrarse en posición ventajosa al borde del área, pero su remate con la diestra se topó con una gran intervención de Maignan. En la segunda jugada, el esférico llegó a Vinícius, que realizó una maniobra individual por el perfil izquierdo, pero su golpeo volvió a toparse con el meta de la escuadra italiana.

No tardó tanto en esta ocasión el conjunto blanco como el día del Borussia en volcarse a por el empate en busca de las tablas. Tras el gol visitante, los blancos fueron un vendaval en ataque, y fue el de siempre, Vinícius, tras una nueva incursión por la izquierda, quien fue derribado dentro del área por Emerson. El colegiado esloveno no dudó en señala la pena máxima, una de cuyo lanzamiento se encargó el propio Vinícius, que añadió el panenka a un ya amplísimo repertorio para poner las tablas en el marcador, ante un Bernabéu rendido a su estrella.

De vuelta al empate inicial, los de Paulo Fonseca trataron de volver a plantarse en campo rival, logrando embotellar al Madrid en su área por momentos. Ya con una situación más similar a la del inicio del encuentro que a la de los últimos minutos, ambos equipos median fuerzas en busca de deshacer la igualada. La siguiente gran jugada de peligro se la apuntó Reijnders con un golpeo lejano que se encontró con una gran intervención de Lunin.

El árbitro volvió a verse en el centro de otra polémica tras un choque entre Lunin y Thiew dentro del área blanca, que acabó con el zaguero visitante tendido en el suelo, sin que el colegiado lo considerase suficiente como para decretar pena máxima. Un momento a partir del cual el encuentro comenzó a enredarse, pues un minuto después Vinícius recibió un pisotón no intencionado de Maignan en el otro área, volviendo a detener el juego, pero sin que pasase a mayores.

Ahora que el Madrid volvía a plantarse en el campo, un nuevo error de Tchoauméni condenó a los suyos. Una pérdida en campo propio propicio un peligroso contragolpe del conjunto rossonero por el perfil derecho, que terminó con un centro cruzado que encontró a un Rafael Leao, que sacó un potente derechazo que se topó con otra gran parada de Lunin abajo, pero que no pudo evitar que el rechace le cayese a un Morata totalmente libre de marca, que solo tuvo que empujarla.

En los minutos siguientes, el Bernabéu aplicó un severo castigo al pivote francés, que recibió grandes pitadas cada vez que recibía la pelota. No quería marcharse el conjunto blanco al vestuario por debajo en el marcador, y al filo del descanso Mbappé protagonizó una gran galopada por el perfil derecho, pero finalmente terminó escorándose en exceso, y su derechazo fue despejado a córner por un nuevamente acertado Maignan.

Seguia el Madrid picando piedra en la zona de tres cuartos, con varios acercamientos que provocaron varios córners seguidos, sin ser capaz ninguno de ellos de derribar el infranqueable muro italiano. Y tras varios intentos infructuosos, el conjunto blanco enfiló el túnel de vestuarios con un guion de sobra conocido en La Casa Blanca: tocaba remontar.

El Milan destapa las vergüenzas del Madrid

El Madrid afrontaba 45 minutos en un terreno sumamente conocido en su feudo. Un terreno que, de hecho, superó con éxito hace dos semanas en la remontada frente al Borussia. El Milan, consciente del poder del Bernabéu en estas situaciones, trató de minimizar el ritmo de juego lo máximo posible en los primeros compases. Sin embargo, la primera clara de la segunda mitad se la apuntó el conjunto visitante, con un potente cabezazo de Leao que se encontró con un nuevo paradón de Lunin, que mantenía al Madrid en el partido.

Tras unos primeros minutos de desconexión, el respetable blanco dedicó una sonora pitada a los suyos en busca de una reacción. Inmediatamente después, tuvo una ocasión clara Bellingham para poner las tablas de nuevo en el marcador, pero su golpeo en el punto de penalti se marchó muy por encima de la meta defendida por Maignan.

Sin embargo, los de Carletto no terminaban de sentirse cómodos sobre el verde, sin lograr encontrar combinaciones con las que arrebatar el esférico al Milan. Lo seguía intentando el conjunto blanco a base de acciones individuales que, sin embargo, no lograban incomodar al meta visitante. Y conforme pasaban los minutos, la escuadra italiana se sentía cada vez más cómoda sobre el verde ante la incapacidad del conjunto blanco de crear peligro.

Y tanto va el cántaro a la fuente, que al final termina por romperla. Ante la pasividad del Madrid en la presión, con solo dos pases tras un saque de puerta, el Milan logró conectar con un Rafael Leao imparable por la banda izquierda, que dejó por el camino a Militao y Lucas y apuró línea de fondo, para poner un certero balón atrás, con el que Reijnders fusiló a un Lunin que no pudo hacer nada para evitar el tercero.

Agitó el árbol Ancelotti en busca de una respuesta desesperada, pero a falta de solo un cuarto de hora, el milagro parecía esta vez imposible. Y es que esta vez, las sensaciones sobre el verde no daban la sensación de remontada que otras veces se respira en el ambiente del Bernabéu. Sin embargo, en una segunda jugada tras un balón parado, el rechace de Maignan cayó en las botas de un Rüdiger que no dudó en fusilar la meta de la escuadra italiana y, tal y como hizo ante el Dortmund, poner la primera piedra para la remontada. Pero ni eso le salió al Madrid en una aciaga noche europea, ya que el VAR anuló el tanto por fuera de juego posicional.

Tras el gol anulado, el conjunto blanco dio la sensación de bajar los brazos, en un día en el que todo lo que podía salir mal, salió. Bellingham pugna por un balón en el encuentro ante el Milan. Y tras uno de los partidos más nefastos que se recuerda al conjunto blanco en su feudo en la competición europea, y después de cosechar dos derrotas en cuatro partidos, ahora los blancos están en una situación complicada: para colocarse en la zona alta del nuevo formato de Champions League, los de Ancelotti deben ganar todo lo que les queda por jugar.

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