El Maestro Modrić pinta de rojo y negro a San Siro: triunfo del Milan sobre Bologna | OneFootball

San Siro volvió a vivir una tarde mágica. En un partido intenso, lleno de dramatismo y con tintes de incertidumbre hasta el silbatazo final, el AC Milan derrotó 1-0 al Bologna gracias a la inspiración y categoría de un futbolista eterno: Luka Modrić, quien a sus 39 años sigue demostrando que la edad no es un límite cuando el talento se impone. El encuentro, correspondiente a la tercera jornada de la Serie A 2025/26, se disputó ante un estadio colmado que, pese a la tensión, disfrutó de un espectáculo que mezcló fútbol táctico, momentos de emoción y un desenlace de esos que quedan en la memoria.

Desde el arranque quedó claro que Bologna no sería un rival sencillo. Bien parado atrás y con un plan de contragolpe, el conjunto visitante complicó al Milan, que intentaba imponer su juego de posesión y circulación rápida. El primer tiempo fue parejo, con pocas ocasiones claras. La más peligrosa para los locales llegó justo antes del descanso: Modrić ejecutó un tiro de esquina que Gabbia peinó en el primer poste y Giménez remató al travesaño. San Siro contuvo la respiración, pero el marcador se fue en blanco al vestidor.

MILAN, ITALY – SEPTEMBER 14: Luka Modric of AC Milan celebrates after scoring their team’s first goalduring the Serie A match between AC Milan and Bologna FC 1909 at Giuseppe Meazza Stadium on September 14, 2025 in Milan, Italy. (Photo by Marco Luzzani/Getty Images)

La historia cambió en el segundo tiempo. Milan adelantó líneas y aumentó la presión sobre la zaga boloñesa. Al minuto 61, se escribió la jugada decisiva: Alexis Saelemaekers encontró un espacio por la derecha y sirvió un pase preciso hacia Modrić, quien entrando al área controló con maestría y definió con la serenidad de los grandes. El croata no gritó el gol, lo pintó, como si se tratara de una obra de arte en movimiento. El estadio explotó en un rugido incontrolable. Bologna no bajó los brazos. El técnico movió el banquillo y buscó variantes ofensivas, pero la defensa del Milan, sólida y ordenada, respondió en cada intento. En los minutos finales apareció la polémica: los rossoneri reclamaron un penal que el árbitro anuló tras revisar el VAR, lo que encendió la tribuna y dejó al encuentro con un aire de tensión hasta el silbatazo final.

No todo fue celebración. La lesión de Mike Maignan, arquero titular del Milan, encendió las alarmas. El francés tuvo que abandonar el campo en la segunda mitad, dejando la duda sobre su estado físico en las próximas jornadas. Aun así, el equipo supo cerrar filas para asegurar tres puntos que valen oro.

Con esta victoria, el Milan suma seis unidades en tres fechas, manteniéndose en la pelea por los primeros lugares y reafirmando su fortaleza como local. Bologna, en cambio, se marcha con las manos vacías pese a haber hecho un partido serio y competitivo.