Notas de Fútbol
·22 de octubre de 2024
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·22 de octubre de 2024
Necesitaba el Milan estrenar su casillero de puntos en esta nueva Liga de Campeones: tras las derrotas ante dos equipos fuertes como Liverpool y Bayer Leverkusen, la visita del Brujas a San Siro parecía una ocasión más propicia para hacer camino en Europa, pero los belgas no lo pusieron nada fácil en un encuentro en el que pasó de todo un poco. Se llevó el equipo rossonero los tres puntos, pero volvió a dejar la sensación de que Fonseca tiene aún mucho por pulir.
Aún quedan unos cuantos días para Halloween, pero estuvo cerca el Milan de vivir una noche de Brujas en su estadio: el conjunto belga salió en tromba al partido y acumuló ocasiones con Tzolis, Jutglá y Ordóñez como protagonistas ante una defensa milanista totalmente superada. No pudieron, sin embargo, con el último escollo: Maignan fue de nuevo quien echó el cerrojo al marcador.
No estaba siendo un buen partido para el norteamericano: aunque el Brujas continuó disfrutando de ocasiones, el Milan equilibró la balanza y se hizo con el balón. No obstante, se hizo muy previsible al inclinar sus ataques en la banda izquierda, donde Leao no conseguía desarbolar a la zaga belga. Lo hizo Pulisic a balón parado y nada menos que con un gol olímpico: el ex del Chelsea llevó a cabo un lanzamiento sin mayores pretensiones, pero ni atacantes milanistas ni defensas y portero visitantes acertaron a dar con el balón, que se introdujo tranquilamente en la portería. Un gol peculiar que le vino llovido del cielo a los italianos.
No midió bien Onyedika su entrada a Reijnders, a quien poco faltó para hacerle un estropicio. Tras la consulta al VAR, el árbitro expulsó al nigeriano, que se había ido al otro lado del campo a ver si allí no le veían. Era el minuto 40 y, con el gol a favor y un jugador más, se las prometía felices el Milan, pero aún quedaba mucho partido: no bajó los brazos el Brujas, y lejos de cerrarse atrás y buscar el contragolpe, buscó la portería de Maignan y la encontró por medio de Sabbe, que había entrado en el descanso. No parecía que el Milan estaba jugando con uno más.
Estaba claro que hacía falta un revulsivo, y Fonseca introdujo dos: Okafor y Chukwueze, aunque para ello tuviera que sacrificar a Leao a falta de media hora. Todavía se estaba yendo el portugués por el fondo hacia el banquillo cuando su sustituto en la izquierda, Okafor, protagonizó una galopada por la banda hasta llegar a línea de fondo, desde donde encontró a Reijnders en el punto de penalti para que marcara el 2-1.
Poco después, llegó un gol espejo: esta vez fue Chukwueze quien encontró a Reijnders desde la derecha para que el holandés hiciera doblete con dos tantos muy similares. Fue arriesgado quitar a Leao, pero los cambios de Fonseca dieron alas al Milan.
La esperanza de la cantera milanista, el delantero Francesco Camarda, hizo su debut en Champions a sus 16 años convirtiéndose en el futbolista transalpino más joven del torneo. Y a punto estuvo de arrebatar a Ansu Fati el récord de goleador más joven gracias a un certero remate de cabeza: el estadio se vino abajo con el gol de su pupilo, pero el VAR aguó la fiesta al dictaminar fuera de juego. En cualquier caso, Camarda dejó credenciales antes de otro Everest para los rossoneri: espera el Madrid en el Bernabéu.
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