Fondo Segunda
·7 de septiembre de 2025
El Mirandés eleva el rendimiento de su nuevo delantero

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·7 de septiembre de 2025
Hay futbolistas que necesitan un lugar donde volver a sentirse importantes. Donde las cadenas de la presión desaparezcan y puedan volver a jugar con libertad. Carlos Fernández parece haber encontrado ese refugio en el Mirandés. Un club que tantas veces ha servido de trampolín para talentos en busca de redención.
El delantero ha irrumpido con fuerza en este arranque liguero: dos goles y una asistencia en solo tres encuentros. Cifras que ya superan con creces lo ofrecido la pasada temporada con el Cádiz, donde apenas pudo dejar huella.
El Mirandés ha construido históricamente un ecosistema favorable para sus atacantes. Anduva es un estadio que late con el empuje de la grada. Y que, al mismo tiempo, no devora a sus futbolistas. En este entorno, Carlos Fernández ha recuperado la confianza que parecía perdida. Su seguridad en cada control, su capacidad para descargar de espaldas. Y, sobre todo, su instinto en el área están siendo diferenciales para un conjunto jabato que sabe que gran parte de su permanencia pasa por encontrar un goleador fiable.
Las estadísticas hablan por sí solas. En la 2024/25 con el Cádiz, Fernández terminó con un gol en liga. Víctima de las pocas oportunidades y la feroz competencia en la delantera amarilla. Ahora, en apenas tres jornadas con el Mirandés, ya acumula tres participaciones de gol directas (dos tantos y una asistencia).
Foto: El Correo
Se ha convertido así en uno de los delanteros más productivos del inicio de LaLiga Hypermotion. Un giro radical que muestra hasta qué punto el contexto y la confianza son determinantes en la carrera de un atacante.
Más allá de los números, lo que transmite Carlos Fernández sobre el césped es ilusión. Sus compañeros buscan su referencia. La afición va a corear su nombre y el cuerpo técnico respira tranquilo al ver que el equipo tiene un faro ofensivo. Si mantiene esta dinámica, no solo será clave en el objetivo de la salvación. También podría volver a llamar la atención de clubes de mayor rango.
El fútbol, como la vida, es cuestión de momentos y lugares. Y Carlos Fernández ha encontrado en Miranda de Ebro el escenario perfecto para volver a sentirse delantero. Para reencontrarse con el gol. Y, quizá, para reescribir una historia que muchos creían ya apagada.