Grada3
·8 de noviembre de 2025
El muro de Red Bull le complica la vida a Verstappen en Brasil

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·8 de noviembre de 2025

Desde que Max Verstappen salió del box con su monoplaza en Interlagos el viernes por la tarde, ya se intuía que algo no iba bien. El asfalto brasileño, con su nueva capa de reasfaltado y las condiciones cambiantes de viento y humedad, puso al descubierto nuevas fisuras en el Red Bull del vigente campeón.
Y en la primera ronda clasificatoria de este sábado quedó claro. El piloto neerlandés no estaba preparado para la embestida. Fue eliminado en Q1, un hecho que no vivía desde el Gran Premio de China de 2017, hace ocho años.
Max no pasó de la Q1. No completó un buen giro y se jugó todo a la carta de la última vuelta. El 1:10.403 le dejó fuera junto a Ocon, Colapinto, su compañero Tsunoda y un Gabriel Bortoleo que ni salió. Había una justificación, un cambio de setup que hizo al Red Bull difícil. «Desliza mucho más en todo el circuito, aunque va mejor en los pianos», comentó por la radio. No era la mejor situación y se confirma con la eliminación.
Hablamos, claro, de que esto ha sido algo inusual en la prácticamente impoluta carrera del cuatro veces campeón del mundo. No le pasaba en una clasificación desde China 2017. En Rusia 2021 también cayó en Q1, aunque entonces fue por un fallo mecánico en el Red Bull. Es cierto que en Interlagos 2024 partió 17º y terminó ganando, pero aquella salida tan atrás fue fruto de una cadena de sanciones en el turbulento final de temporada frente a Lando Norris. Hoy, Norris es un tirón en dirección a su primer Mundial de F1.
Los errores pesan más cuando el margen para corregirlos se reduce a la mínima expresión. Y Max Verstappen lo sabe mejor que nadie. El neerlandés llega al tramo final del curso con el agua al cuello, mientras Oscar Piastri sigue atrapado en la espiral que su compañero Lando Norris ha logrado transformar en impulso.
>En Brasil, el golpe fue duro. Y es que Red Bull, su escudo habitual, le jugó una mala pasada justo cuando menos podía permitírselo. En un asfalto resbaladizo terminó 16º, atónito, sin entender cómo el coche más dominante de los últimos años se había vuelto ingobernable en Interlagos. “No entiendo nada”, alcanzó a decir, todavía incrédulo, antes de marcharse a la caravana con gesto de desconcierto.
Y si bien podría parecer que los últimos fallos de Piastri le harían ponérselo más difícil al de McLaren, lo cierto es que a falta de la carrera del domingo (y todo lo que pueda pasar…) Verstappen es quien lo tiene más complicado en términos matemáticos.
Pero quien parece más golpeado anímicamente es el australiano. Su último triunfo se remonta a finales de agosto, en Zandvoort, justo donde arrancó la frenética remontada del mismo Verstappen. Desde entonces, el multicampeón ha arrasado. Ha sumado 121 puntos y tres victorias de cinco carreras. Esto, frente a los 90 de Norris y los 47 del joven de Melbourne, el menos productivo entre los cinco primeros en este tramo de la temporada.
En la penúltima sprint del año, este sábado en Brasil, Piastri chocó contra las barreras. Ello facilitó que su compañero ampliara su ventaja al frente del Mundial de F1, ahora de nueve puntos. Verstappen se sitúa tercero, a 39 del líder y a 30 del piloto de Australia, con el calendario apretando y cada carrera marcando el pulso de la lucha por el título.
Sin necesidad de ser un experto en caza, es fácil imaginar que cualquier batida exige estrategia si uno no quiere regresar con el remolque vacío. Lo que persigue Verstappen va mucho más allá: completar la que podría ser la remontada más espectacular de la historia de la Fórmula 1. Subido a un Red Bull que desplegó su potencial en Monza gracias a una renovación que arrancó con un nuevo fondo plano, el campeón actual se ha encontrado con un escenario favorable por el pique casi ‘fratricida’ entre Norris y Piastri.
Ambos siguen al volante de un McLaren que comenzó la temporada como el mejor coche de la parrilla antes de caer en un bache difícil de interpretar desde fuera, del que Norris parece haber hallado la salida. Entre unas cosas y otras, los 104 puntos que hace dos meses separaban al holandés del líder Piastri se han reducido casi a un tercio. En promedio, eso supone un recorte de 20 puntos por gran premio en este período, aunque el piloto de Hasselt sabe que mantener esa tendencia en Brasil será prácticamente imposible.
Verstappen necesitará un milagro. Ya sabe lo que significa lograrlo, pero esta vez la situación pinta distinta, incluso con un clima que ha mejorado respecto a lo previsto. El sprint lo dejó claro: aunque pudo salvar un cuarto puesto, nunca estuvo a la altura de los McLaren ni de los Mercedes, y evidenció que el Red Bull simplemente no estaba al nivel esperado.









































