Grada3
·4 de mayo de 2024
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·4 de mayo de 2024
Hace aproximadamente un año que bastantes aficionados al deporte, estamos sufriendo una dicotomía para con uno de los mejores deportistas de la historia. Basta decir que hablamos de un “atleta” ejemplar, tanto fuera como dentro de las canchas. Y, además, lo es tanto cuando pierde como cuando gana. Porque en el deporte como en la vida saber perder es importante, pero la forma en que ganas lo es más. Y él siempre supo perder con dignidad pero, lo que es mejor aún, siempre supo ganar con humildad. Y esto es rara avis, tanto en el deporte actual como en la vida en general.
Este deportista mayúsculo e irrepetible, podemos decir que lo ha hecho todo bien en su carrera -sólo el que ha sido un ejemplo en la victoria y también en la derrota, tiene el privilegio de haber sido un ejemplo para mayores y niños-. Y les prometo que un servidor jamás le puso un pero. Siempre le seguí con la pasión propia que despiertan héroes como él -son lo más parecido a aquellos gladiadores que se jugaban la vida hace 2000 años en la arcilla del Coliseum de Roma-. Pero algo no marchaba igual en este último año -o al menos esa era la sensación que teníamos muchos de sus seguidores-. Que no es otra cosa que la forma de retirarse y despedirse.
La pregunta es, centrándonos en el partido de mañana que nos ocupa en esta columna, si los jugadores del CD Badajoz van a saber despedirse con alguna dignidad de su sufrida hinchada. Y es que su simpar afición se acercará mañana a las gradas del estadio Nuevo Vivero, sabiendo que el equipo de sus vidas ha descendido por segunda vez consecutiva en los últimos 11 meses. Sin duda un bochorno para un club histórico como el Badajoz. Buscar a todos los culpables del despropósito que vive el club pacense no es tarea fácil. Pues hay muchos. Desde todos los dirigentes que has pasado por las oficinas del club en los últimos cinco años, hasta los incompetentes cuerpos técnicos que han ocupado el banquillo blanquinegro.
En esta temporada, en concreto, aparte de todos los enterradores de clubes, hay que señalar también a una plantilla incompetente e incapaz a todas luces. Aunque los principales culpables de este vergonzoso descenso son el incompetente director deportivo que confeccionó la plantilla y quién pensó en él para tal despropósito, la plantilla tampoco se puede ir de rositas. Pues a la falta de calidad que atesora a todas luces, hay que añadir una falta de compromiso, de intensidad y de voluntad lamentables. Hasta el punto de no haberse mostrado como un verdadero equipo en toda la temporada. Sino como un conjunto de jugadores, que más bien se mostraron como una “banda”.
La semana pasada pudimos certificar la crónica de una muerte anunciada. En Matapiñonera se vio más de lo mismo. A un equipo que quería pero no podía. Y acabó palmando, como casi siempre, por 3 a 2 ante uno de los mejores equipos de este grupo V de Segunda Federación. Lo que condena al equipo de la ciudad más importante de Extremadura, a jugar la temporada que viene en una división regional: Tercera Federación. Ahora la sufrida afición blanquinegra no sólo está desconsolada y hastiada por tan lamentable logro, sino que además tiene la duda de la viabilidad del club. Un club que, por si no tiene poco el estar inmerso en un concurso de acreedores, este curso se ha endeudado aún más. Según la nueva dudosa propiedad, están pendiente de una auditoría externa que certifique que han vuelto a tener un déficit millonario en una temporada que ha terminado en descenso. En fin, montan un circo en el Nuevo Vivero y le crecen los enanos.
Imagen de la derrota del Badajoz la semana pasada ante el Sanse, en Matapiñonera. Fotografía del CD Badajoz.
Y en medio de ese circo visita mañana la capital pacense, otro conjunto extremeño que sí se está jugando la misma vida. Y es que para la AD Llerenense este último partido de liga no es uno más, como para su rival de mañana. El equipo que entrena el placentino Luismi Álvarez, por cierto exjugador del Badajoz, llega a este último partido metido en puestos de descenso. Pero con las opciones intactas de la permanencia en su primer año en Segunda Federación. Y esto en un club humilde como el de la ciudad de Llerena -por cierto la ciudad que me vio nacer y en el equipo que tuve la fortuna de jugar- tiene un mérito enorme.
Está claro que mucha parte de la culpa del buen hacer del equipo extremeño, la tiene su gran entrenador. Que a pesar de su juventud y su corta experiencia en los banquillos -sólo entrenó en su ciudad y ahora a los de la Campiña Sur– ha demostrado su sobrada preparación para triunfar como técnico. Por lo que le auguramos un futuro prometedor en el difícil e inseguro mundo de los banquillos. Pero él sólo no hubiese podido conseguir este recorrido histórico de su equipo. Para hacer un buen cesto es necesario tener buenos mimbres. Y el Llerenense los tiene, vaya si los tiene. Un sólo dato resume la calidad de este equipo: entre su delantero centro Maikel, con 10, y su extremo izquierdo Platero, con 6, llevan 16 goles. Para sí los querrían los 5 delanteros que tuvo el Badajoz esta temporada. Pero además el Llerenense tiene un plantilla comprometida. Que juega con tal intensidad y entrega cada minuto de los partidos, que lleva a cualquier rival al límite. Con jugadores con poco nombre, pero de extraordinaria calidad como: su lateral izquierdo Juanpe. O su lateral derecho Pedro Toro -también firmaría el Bada dos laterales de ese nivel-. O su seguro central Pedro Inglés. Por no hablar de su brújula, su 10 Mario Tomé. Pues con todo esto acude el Llerenense mañana, en horario matutino, al Nuevo Vivero, a luchar por la victoria y la salvación -aunque esta dependa también de que pinchen terceros-.
Once del Llerenense en su victoria la semana pasada ante el Montijo, en el Fernando Robina. Imagen de la AD Llerenense.
En cualquier caso, lo que esperan ambas aficiones cuando toque la campana y acabe la temporada, es ver como se despiden y se retiran los jugadores que salten al campo. Hacerlo con dignidad es importante. Esa era la gran duda que teníamos los seguidores del deportista mayúsculo del que les hablaba en las primeras líneas de este humilde artículo. ¿Recuerdan? Un deportista que lo ha ganado todo en su deporte y ha sido un “atleta” ejemplar. Pero que a algunos nos daba la sensación de que no estaba sabiendo retirarse. Aquejado por innumerables lesiones que hubiesen retirado a cualquiera hace un par de años -sin ir más lejos a su mejor amigo en el circuito- él parecía que no sabía decir adiós y estaba dispuesto a seguir sufriendo. Bueno pues en esas dudas andábamos, hasta que el pasado miércoles todos sus seguidores pudimos ver lo que pasó en Madrid. Ver despedirse al mejor deportista de la historia de un país, con más aplausos y cariño tras una derrota, que con todas las victorias que consiguió en el pasado. Ese fue el momento en el que el de Manacor, agarró el micrófono y dijo la frase que despejó todas nuestras dudas, para que entendiésemos el por qué de su insistencia en no retirarse aún: “No es que me quisiera retirar ganando, es que no me quería ir en una fría sala de prensa, simplemente me quería retirar aquí donde conseguí todo, en la ARCILLA. En cuatro palabras: don RAFAL NADAL PARERA.