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·25 de septiembre de 2025

El Real Madrid mantiene la guerra fría con Vinicius

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La tensión entre club y estrella persiste. Todo gira en torno a una prima que unos quieren cobrar y otros se niegan a pagar.

El conflicto se arrastra desde hace meses. En el Real Madrid sienten que se rompió un acuerdo de palabra que debía traducirse en una firma, pero nunca llegó a producirse. En el otro lado, la figura brasileña insiste en mantener su posición: no renovará sin percibir una prima de fichaje o de renovación, un concepto habitual en el deporte estadounidense, pero inexistente en la tradición futbolística europea.


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La agencia Roc Nation Sports, que gestiona los intereses del jugador, reclama esa condición como punto de partida. En Chamartín, sin embargo, no se contempla bajo ningún escenario. La dirección deportiva y la cúpula económica del club lo tienen claro: no habrá prima de renovación.

Lo que sí ha trasladado el Real Madrid es disposición a elevar el sueldo de manera histórica. Sobre la mesa está un salario cercano a los 25 millones de euros netos por temporada. Una cifra que, de aprobarse, rompería la escala salarial interna y abriría un efecto dominó con Bellingham, Mbappé y otras piezas clave. De momento, la entidad prefiere resistir, aunque reconocen que la paciencia no es infinita.

Actualmente, Vinicius percibe unos 15 millones, el mismo nivel que Bellingham, mientras que Mbappé escala hasta los 25 millones sumando salario y prima de fichaje repartida en cinco años. Ese precedente es precisamente el que el brasileño quiere replicar.

¿Y si no renueva? En la directiva ya contemplan escenarios. El principal pasa por venderlo el próximo verano para evitar que se marche gratis. Se hablaría de un traspaso millonario, con el objetivo de recuperar inversión y blindar la plantilla. Incluso ha circulado la opción de que el propio jugador reciba un porcentaje de la operación, algo que el club rechaza de plano, aunque podría estudiar llegado el límite.

La fecha marcada en rojo es clara: el verano que viene. Si no hay firma, en Chamartín se abrirá la puerta a una salida tan dolorosa como inevitable.

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