Un 10 Puro
·14 de noviembre de 2025
El Real Madrid recibe una bofetada del Panathinaikos en el Movistar Arena

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·14 de noviembre de 2025

El Real Madrid cayó por primera vez en la temporada en el Movistar Arena y lo hizo ante el mismo rival que había firmado su última derrota como local: el Panathinaikos. El equipo de Ergin Ataman, muy superior desde el salto inicial, se impuso con autoridad guiado por el resurgimiento de TJ Shorts (19 puntos y 6 asistencias) y la conexión entre Sloukas (15+7) y Kenneth Faried (16 puntos y 8 rebotes).
El plan defensivo del Madrid, hasta ahora su gran fortaleza, se derrumbó con una facilidad preocupante. Los blancos encajaron 52 puntos antes del descanso y durante muchos minutos jugaron desde una sensación de inferioridad evidente. Campazzo, Hezonja, Lyles y casi todo el núcleo del equipo estuvieron lejos del nivel exigido. Solo Andrés Feliz (16 puntos) respondió en el perímetro, mientras que Tavares (20 y 10 rebotes) apareció de forma tardía e insuficiente.
Faried —que ya venía de un debut notable en París— firmó varias acciones que simbolizaron la noche. En una de ellas, tras asistencia de Sloukas, machacó por encima de los 2,21 de Tavares. El banquillo griego celebró la jugada entre risas e incredulidad: era el reflejo de un conjunto que se sintió cómodo, confiado y dueño total del ritmo.
El Panathinaikos encontró soluciones en todas partes. Rogkavopoulos mostró la versión que prometía en Baskonia, Juancho Hernangómez dio continuidad a su mejoría, Shorts volvió a parecerse al base que deslumbró en París y, cuando Ataman decidió mover el banquillo, los suplentes respondieron: Osman superó con claridad a Hezonja y Sloukas gobernó el partido a placer, alimentando a Faried una y otra vez.
La defensa zonal del Madrid, que había dado resultados en Valencia, tampoco alteró el ataque ateniense. Y mientras los griegos fluían, el equipo de Scariolo naufragaba. Maledon fue de los pocos que aportó desde el banquillo, pero Lyles nunca encontró su lugar y las principales piezas ofensivas vivieron dos cuartos para olvidar.
El Madrid compitió, pero siempre desde atrás y sin la chispa que suele caracterizarlo. La derrota no solo corta una racha, sino que deja preguntas importantes sobre la consistencia defensiva del equipo y su respuesta ante rivales que imponen físico, ritmo y claridad en la ejecución. El Panathinaikos lo hizo todo bien. Y al Madrid, por primera vez en la temporada, se le vio sin respuestas.









































