Revista MadridistaReal
·6 de diciembre de 2025
El Real Madrid y Camavinga tienen un plan

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La intención de ambas partes es que Eduardo Camavinga llegue a tiempo para poder medirse ante el Manchester City el próximo miércoles
El Real Madrid no quiere correr ni un solo riesgo con Eduardo Camavinga. El francés volvió a sentir molestias en el tobillo izquierdo en San Mamés, la misma zona que le ha dado problemas en los últimos meses, y en Valdebebas han decidido actuar con máxima prudencia. El objetivo es claro: que esté disponible el próximo miércoles ante el Manchester City, un duelo decisivo para la temporada y para el que Xabi Alonso considera al centrocampista absolutamente importante.
Por eso, salvo sorpresa mayúscula, no será forzado este domingo ante el Celta de Vigo. El plan es simple y contundente: descanso activo, trabajo controlado y una puesta a punto progresiva para evitar cualquier recaída. El Madrid sabe que Camavinga es un futbolista diferencial, que su radio de influencia cambia partidos y que una versión al 80% no vale en noches europeas. Necesitan al francés en plenitud, y el propio cuerpo técnico insiste en que no merece la pena comprometer ese proceso por un partido de Liga.
En la plantilla del Real Madrid hay perfiles únicos, pero Camavinga ocupa un lugar especial. En el cuerpo técnico reconocen abiertamente que el francés no ha tenido suerte con las lesiones, que varias dolencias menores han frenado su continuidad, pero también remarcan algo más importante: cuando está bien, es uno de los centrocampistas más determinantes del mundo. Su energía, su lectura defensiva y su capacidad para romper líneas a base de potencia y precisión convierten su ausencia en un agujero que ningún otro jugador puede tapar del todo.

David Ramos/Getty Images
Además, hay algo que valoran por encima de todo: sus entradas defensivas. Internamente se repite que son “de las mejores del planeta”, pura élite. Camavinga no solo roba, sino que roba limpiando, con una técnica impecable y una sincronización que frena ataques completos. Su impacto en transiciones es enorme, tanto para corregir como para iniciar. Esto, frente a un rival como el Manchester City -un equipo que castiga cada mala posición, cada metro mal defendido-, lo convierte en un recurso indispensable.
El Madrid también destaca su inteligencia en espacios reducidos, su madurez para jugar bajo presión y su capacidad para adaptarse a diferentes estructuras. Es versátil, puede actuar como mediocentro, interior o incluso lateral en emergencias, y siempre suma. De hecho, su presencia suele dar equilibrio al resto: Kroos juega más suelto, Valverde llega más arriba y Bellingham se libera entre líneas. La influencia de Camavinga es silenciosa pero enorme, y los técnicos lo saben mejor que nadie.
Por eso el plan no admite atajos. La batalla ante el City exige piernas frescas, agresividad, precisión y una lectura defensiva de élite. Todas esas cualidades tienen nombre propio. Y en el Madrid están decididos a protegerlo para que, cuando llegue la gran cita europea, Eduardo Camavinga esté donde debe: en el centro del campo, marcando el ritmo y sosteniendo al equipo como solo él sabe hacerlo.


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