Grada3
·2 de diciembre de 2025
El Real Madrid y el déficit en el centro del campo: mucha fuerza y poco juego

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·2 de diciembre de 2025

El Real Madrid ha dominado el fútbol europeo en la última década, logrando ganar seis Champions en las últimas once temporadas, las mismas que el Liverpool en toda su historia y una menos que el Milan, los dos equipos más laureados de esta competición detrás de los blancos. En esta década, si algo tenía el club blanco era el control de todas las líneas, con un centro del campo que dominaba todos los aspectos del juego, algo capital en el mundo moderno para poder optar a lo más alto del continente. En los últimos años, la pérdida de efectivos en esta posición, ha supuesto un bajón importante en el equipo.
No cabe duda de que el fútbol europeo ha sufrido una transformación en esta última década y, posiblemente, el fútbol español haya sido el motivo, sobre todo el Real Madrid y el Barcelona. Los blancos encontraron la manera de contrarrestar el juego combinativo del Barcelona, con calidad, y con músculo. Y el resto de Europa, principalmente los clubes de la Premier (también Bayern y PSG), que optan a luchar por el máximo trofeo europeo, han sabido dar un paso más para sobreponerse a los dos gigantes de LaLiga.
El poderío físico ya no es solo de jugadores grandes y potentes, también está en los pequeños, en aquellos que son capaces de hacer jugar a sus equipos. Y el trabajo, además, a de ser colectivo.
Si en la primera Champions (la décima), el centro del campo estaba controlado por Xabi Alonso y Modric, la evolución llegó después con Kroos y Casemiro. El Real Madrid tenía un centro del campo contenido por la corpulencia del Brasileño, dirigido por un arquitecto como Toni Kroos, y liderado por la polivalencia de Modric, capaz de moverse por todo el campo, el escudero perfecto del alemán y del brasileño, capaz de frenar, de acelerar, de sacar el balón y de pisar el área. Entre los tres formaban un centro del campo muy completo con fue clave para los éxitos del equipo, para el dominio total.
Sin embargo, la tendencia fue cambiando, y aunque los blancos lograron mantenerse en lo más alto de Europa, (con la decimocuarta y la decimoquinta), las fuerzas de los clubes europeos se iban imponiendo, con equipos muy potentes, con un poderío físico complicado de igualar, pero sin perder de vista la importancia de jugar el balón, de jugar como equipo. Ahí es donde empezó a perderse este Real Madrid, que fichó a grades jugadores con un poderío físico descomunal, pero no con tanto fútbol. Y mientras, seguía apostando por la calidad de un Modric que iba cumpliendo años, y confiando en que Kroos no cumpliera su palabra de jubilarse a los 32 años. Al mismo tiempo, iba perdiendo a jugadores que ya son leyenda del club, primero los Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos, pero después los Benzema o Marcelo que le daban ese plus de calidad que el equipo ha ido perdiendo a lo largo de los últimos años.
El Real Madrid es un equipo que, este año, está demostrando que necesita cambiar muchas cosas para jugar al fútbol de ahora, con la implicación de todos, sumado al talento. El centro del campo es quizá el mayor déficit que tiene en estos momentos, porque sí, tiene fuerza, pero no tiene calidad futbolística. Le faltan jugadores capaces de sacar el balón, capaz de entender lo que necesita el juego, que lleven el ritmo, al fin y al cabo, alguien al mando de la sala de máquinas que sepa manejarla.
Tchouaméni hace su función a la perfección, pero necesita alguien al lado que le facilite la vida con la pelota. Camavinga, con una calidad diferente, no puede hacer las labores de cerebro del equipo. Ceballos, que podría ser el único con la calidad necesaria para hacerlo, no acaba de encajar para ninguno de los entrenadores que han ido pasando estas 7 temporadas por el club y Güler, por mucha calidad que tenga, no está capacitado para sacar el juego adelante.
Pero ya no solo es un problema del centro del campo, también del equipo en general. Si no remontamos, simplemente, a la época post Cristiano y Ramos, el Real Madrid mantenía la calidad en el medio con Kroos y Modric, apoyados por Tchoauméni, con Benzema arriba, con Marcelo en la banda izquierda, con Asensio partiendo desde el banquillo, incluso con un Vinicius que, sin tener gol, trabajaba mucho más para el equipo.
Ahora, el juego del Real Madrid se limita a darle balones a Vinicius y Mbappé que ellos resuelvan el partido. No hay creación, no hay alternativas a los hombres que entran por detrás, solo la visión de Güler y la calidad de Bellingham aportan algo más a un equipo que, lo que no tiene, son herramientas para jugar al fútbol. Las tiene para pelear en lo físico, pero sin fútbol, sin calidad, tampoco se puede hacer mucho, Porque en este deporte, como en cualquier otro, como en cualquier juego, para ganar, lo más importante es entender lo que sucede sobre el césped.
La potencia es más que necesaria en el fútbol actual, es clave en un deporte donde se ha mejorado notablemente en este aspecto en los últimos años, pero lo que sigue marcando la diferencia en el verde es la calidad de los jugadores y su conjugación como equipo. El Real Madrid tiene pocos recursos, y lo que es más grave, tiene otros que ni siquiera utiliza, como la de poner un 9 en el campo que abra espacios, que haga jugar a sus compañeros, que cree alternativas, al fin y al cabo.
El Real Madrid está en pleno proceso de cambio de mentalidad, y eso no es tarea sencilla, e igual, Xabi Alonso se quede sin tiempo para poder hacerlo. Porque en este club, la paciencia es un lujo que pocos privilegiados tienes. El equipo no va bien, ha empatado tres partidos consecutivos en Liga, contra equipos a los que se les debería haber ganado con relativa facilidad, pero más allá de los resultados, se ve una desconexión de unos jugadores que deben dar un paso al frente en lo colectivo. Porque ante la falta de calidad, la única forma de poder pelear por los objetivos de poder sacar los partidos adelantes, es jugar en equipo, es sacrificarse por los compañeros, e involucrar a toda la plantilla.
Xabi Alonso se juega mucho en la próxima semana, ante el Athletic, ante el Celta y dentro de una semana ante el Manchester City. El partido ante los de Guardiola podría ser clave para el futuro del entrenador, consciente de que una nueva derrota contra un grande podría dejarle al borde de la destitución. Pero el problema del equipo no está en el entrenador, está en un equipo que ha vivido toda su historia de la chispa de sus grandes estrellas, de la calidad de una plantilla a la que ahora le falta fútbol, y mucho, para poder aspirar a ser un grande en Europa, aunque tengan al máximo goleador de Europa, al mejor regateador del mundo… en el fútbol de ahora, hace falta algo más.









































