El regreso de un hijo pródigo: gol, dolor y empate agónico en el Gigante. | OneFootball

Después de 18 años, Ángel Di María volvió a vestirse de auriazul en el Gigante de Arroyito y su regreso no pasó desapercibido. Rosario Central empató 1-1 ante Godoy Cruz por la primera fecha del torneo Clausura de la Liga Profesional, en una noche cargada de emociones, polémica y un desenlace amargo para el Canalla.

El foco de todos los flashes estaba puesto en él: el campeón del mundo que decidió regresar al club de sus amores. Fideo cumplió con el guion esperado y fue protagonista: marcó el gol de Central a los 31 minutos del primer tiempo desde el punto penal, en una jugada que dejó mucha tela para cortar. El árbitro sancionó infracción dentro del área y, pese a las protestas del Tomba, Di María no dudó y lo cambió por gol. Fue su reencuentro perfecto con la red en el fútbol argentino.

Sin embargo, la alegría duró poco. A los 63 minutos, Di María pidió el cambio tras mostrar evidentes gestos de dolor. La imagen preocupó a todo el estadio, que lo despidió con una ovación cerrada mientras abandonaba el campo entre gestos de frustración.

Rosario Central parecía tener el partido controlado, más aún cuando Godoy Cruz se quedó con uno menos tras la expulsión de Daniel Barrea a los 75’. Pero en el epílogo, cuando todo parecía cerrado, Vicente Poggi apareció con un bombazo desde afuera del área que silenció al Gigante e igualó el marcador para el Tomba, que rescató un punto valioso con diez hombres.

El regreso de Di María fue emotivo, ilusionante y con sabor agridulce. Su gol fue el grito de todo un pueblo que lo esperó casi dos décadas, pero la preocupación por su estado físico y el empate sobre el final dejaron una mezcla de sentimientos en el debut canalla en el Clausura.

La historia recién empieza, pero el ídolo ya volvió a casa. Y eso, para muchos, vale más que cualquier resultado.

Escrito: Gimenez, Martina

foto: La Capital