Regate Femenino
·10 de agosto de 2023
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El Renacimiento Francés fue un período de efervescencia artística, literaria y científica que revitalizó la cultura europea. Tiempo de descubrimientos y de nuevas ideas ante las tenaces convenciones de una época marcada por la devastación de la Peste Negra en el continente y por la consolidación de la monarquía francesa. Un movimiento nacido en tierras transalpinas que llegó a Francia para innovar y dejar una influencia duradera para los siglos venideros. Misma influencia para una Eugene Le Sommer que ha renacido de las cenizas tras años apartada del combinado francés. El adiós de Corinne Diacre y la llegada de Hervé Renard ha permitido que, a sus 34 años, la máxima goleadora histórica de la selección lidere a Francia a romper la barrera de los cuartos de final. Una segunda juventud para seguir aumentando su legado.
Lyon es una de las ciudades más importantes de Francia. De hecho, en tiempos del Imperio Romano fue la capital de la Galia. Además, durante el Renacimiento se erigió como uno de los centros culturales y comerciales más importantes de Europa. Allí Le Sommer se ha convertido en una jugadora icónica. Lo ha ganado todo con el Olympique de Lyon desde que llegó en 2010. Hasta 31 títulos con el equipo y 287 goles. Una de las delanteras más temibles del viejo continente. Eficacia y determinación para una Le Sommer a la que el paso del tiempo parecía haber afligido, lejos estaba de los 50 tantos que anotó la temporada 2014/15, sin embargo, la Copa del Mundo se ha encargado de volverla a poner sobre el foco futbolístico.
Porque de la misma forma en que Lyon se benefició de la época renacentista, la Selección también lo ha hecho con el regreso de Le Sommer. Desde siempre estuvo ligada al fútbol, aunque su madre, que llegó a jugar en el Paris Saint German en 1982, intentó disuadirla tras los prejuicios y las dificultades económicas sufridos. No obstante, el sueño de Le Sommer aún estaba por llegar. De formarse en el Lorient, donde coincidió con Salma Amani, rivales en ese Francia-Marruecos, a debutar en la máxima categoría francesa con el Stade briochin, la actual sección femenina de l’En Avant Guingamp. En tres temporadas marcó 47 goles, y la puerta del Olympique de Lyon se abrió por completo para incorporarla en sus filas.
Eugenie Le Sommer, no solo llamó a la puerta del gran equipo de Francia, sino que la derribo. Goles a raudales desde su primer año para convertirse en la delantera referencia. Fija en las categorías inferiores con Francia, su debut absoluto internacional tampoco se hizo esperar. Un año antes de su llegada a la ciudad lionesa, saltó al terreno de juego en el Torneo de Chipre para defender el escudo francés. En plena proyección y con otro sueño cumplido. Uno que se prolongaría durante más de diez años, hasta que Corinne Diacre se convirtió en la pesadilla de las cuatro de la madrugada. Llena de sudor, Le Sommer despertaba siendo la máxima goleadora y una futbolista de lo más importante. No lo hizo sola. Amandine Herny también se vio afectada por la incomprensible decisión de una entrenadora siempre señalada.
Ambas se perderían la pasada Eurocopa, y solo un cambio drástico podía cambiar la situación. Con el empeño de Wendie Renard, la federación francesa desituyó a Corinne Diacre para dar la bienvenida a un conocido seleccionador aunque novel en el fútbol femenina. El aventuro Hervé Renard. De su mano Francia renacía. También lo hizo Le Sommer. Y no ha decepcionado. En siete partidos ha marcado seis goles, y en el Mundial ya ha dejado su firma. En una letal dupla junto a la que será su compañera en Lyon, Kadidiatou Diani, bajas como las de Katoto y Cascarino no parecen tan graves como hace unos meses. Renard ha devuelto a la vida a una Le Sommer que todavía tiene ganar un título con Francia en su lista de deseos. Este Mundial es su gran apuesta.
Quizá el futbol no pueda ser considerado un arte. Si no ya estaríamos hablando del octavo. Aun así, y aunque separados por siglos, dos épocas se unen en una sola. El Renacimiento francés y Eugénie Le Sommer están más cerca de lo que uno podría pensar. Resiliencia, creatividad y la búsqueda de la excelencia para hacer de ambas disciplinas un mismo género. Mientras el Renacimiento marcó un antes y un después en la cultura no solo francesa, sino del panorama europeo, Le Sommer ha hecho lo propio desde su irrupción en la selección francesa. Mientras se habla mucho de veteranas como Megan Rapinoe, Marta Viera o Alexandra Popp, ya eliminadas del Mundial, aún persiste una Le Sommer que quiere seguir transformando con el balón en los pies.
Imágenes de Getty Images.