Dosis Futbolera
·10 de noviembre de 2025
El rock de Xabi suena a balada triste

In partnership with
Yahoo sportsDosis Futbolera
·10 de noviembre de 2025

El técnico vasco ha perdido el pulso de su propio discurso. Lo que nació como un proyecto de intensidad y presión se ha diluido entre dudas, egos y desajustes tácticos.
El manifiesto de Xabi Alonso ha caducado antes de completar la primera vuelta. El Real Madrid que debía presionar arriba y dominar con autoridad se ha convertido en un equipo dubitativo, que vive más de la inspiración individual que del plan colectivo. El técnico vasco, tan exigente con el mensaje, ha terminado por contradecirse. Sus ruedas de prensa, cada vez más cortas, reflejan esa incomodidad: hay más preguntas que respuestas, y casi todas apuntan hacia él.
Raúl Asencio fue uno de los pocos que se salvó en Vallecas. En el aniversario de su debut, el canterano celebró un año como profesional con una actuación sólida, fiel a su espíritu de corrección. Frente al caos táctico, su crecimiento evidencia a Dean Huijsen, que sigue lejos del nivel exigido para ser titular en el Madrid. Solo Éder Militao, milagro tras dos lesiones de cruzado, sostiene la zaga blanca.
El problema se extiende a la delantera. La sociedad entre Vinicius y Carreras no termina de cuajar. El brasileño, acostumbrado a la libertad absoluta, choca con un Xabi Alonso que pretende controlar incluso el talento. En Leverkusen lo consiguió con personalidades fuertes como Granit Xhaka, pero en el Madrid la ecuación cambia: aquí los egos pesan más que las tácticas. “Pagáis por verme” o “eres malísimo”, frases recurrentes de Vinicius, retratan a un jugador que vive en su propio espectáculo, capaz de brillar solo, pero incapaz de integrarse en un sistema.
Y en medio de todo, Kylian Mbappé se queda como única certeza. Su influencia es tan evidente como peligrosa: sin él, el Madrid se apaga. La teoría de la navaja de Ockham explica el momento del equipo: la explicación más sencilla es la más realista. Los jugadores no entienden —o no quieren seguir— el plan de su entrenador.
El rock and roll prometido por Xabi Alonso se ha transformado en una balada triste de trompeta. Cada intento por bajar el volumen del ruido táctico genera más interferencias. Y en el Bernabéu, donde no hay paciencia para las promesas, el silencio empieza a sonar demasiado fuerte.









































