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·15 de mayo de 2025

El sueño “inexplicable” de un héroe

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Jacobo Ramón llegó a los ocho años a La Fábrica y con 15, por problemas de crecimiento, estuvo más de un año sin jugar. “No sé ni cómo la he metido”, sonrió.

Llegó a los ocho años a Valdebebas. A los 15 hubo dudas con él. Porque no siempre ‘miró por encima del hombro’. De niño, Jacobo Ramón tenía una estatura media. Hasta que pegó el estirón (ahora mide 1,95). Tanto que le acarreó problemas de crecimiento y estuvo más de un año sin jugar. En una etapa donde lo crucial es hacerlo, Jaco estuvo parado. Pero en La Fábrica vieron el potencial. Se esperó, el chico se quedó y cinco años después (tiene 20) no solo siguió cumpliendo sueños, sino que lo hizo con capa. Sobre la bocina, con la derecha y con el alma, Jacobo mandó a la red una asistencia de Vallejo. El día que Leo Román era un muro, le derribaron dos centrales. Le derribó Jacobo. Héroe por un día.


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“Esto es inexplicable, lo he soñado toda mi vida. Esta camiseta es hasta el final y no hay mejor manera de meter mi primer gol que así”, esbozó a pie de campo, con la sonrisa incontrolable del momento. “La verdad es que no lo sé. He visto un centro, que la ha peinado y digo: ‘Va a ir ahí’. He ido y no sé ni cómo, pero la he metido”, trató de buscar explicación a lo inexplicable, mientras Courtois aparecía en pantalla y le gritaba “Jaco” al oído. En su día más especial. Su primera titularidad en el Bernabéu y la segunda con la elástica adulta. Tras el día de Butarque. Aquel estreno copero se le atragantó, pero ya lo dijo Carletto tras el Leganés: “Jacobo no es lo de hoy”. Se acerca mucho más a lo de ayer.

Un 100%

Si bien tuvo algún despiste, aristas aún a pulir por edad, como un mal despeje que, por suerte, desbarató Tibu ante Morey. Le queda seguir desarrollando la fortaleza física, pero trabaja en ello en Valdebebas y fuera. Y el resto del duelo fue notable. Seguro con balón, con las mayúsculas que implica un 100% de acierto en el pase (45/45). Fuerte de cabeza, con seis duelos ganados en el aire, más que nadie en el partido. Además de cinco despejes, dos recuperaciones y una entrada exitosa, sin ser regateado en ninguna ocasión. Pero todo queda opacado por ese instante, por ese gol. El quinto del año, tras los cuatro con el Castilla. Pero, lógicamente, el más especial: “Es impresionante, ni lo habría imaginado… ¡Y en el minuto que ha sido! Una alegría enorme, ojalá vengan más”.

Ancelotti confía en él. Como lo hizo Arbeloa, su gran valedor en La Fábrica (le llama cariñosamente “Van Dijk”), y Raúl, que no ha perdido con él en el campo esta temporada (en 15 partidos, seis victorias y nueve empates). Un talismán para el Castilla. Y también para el Madrid. Sin Militao, Rüdiger, ni Alaba, Jacobo Ramón. Es el elegido. Y tiene muchas opciones de serlo para el Mundial de Clubes. Con Xabi, que le conoce bien de su etapa en el Infantil A blanco, cuando Jaco era su central…

Con cartel

En el primer equipo ha sido uno más durante muchos tramos. Aunque hay tres figuras que tienen un peso especial: Alaba, con quien estrechó lazos durante sus procesos de recuperación; Rüdiger, su padrino y maestro durante sus incursiones con los mayores; y un Davide Ancelotti que le ve hechuras de central de talla mundial. Por algo varios equipos, alguno puntero de Europa, han tocado la puerta de Jaco en los últimos mercados. Han tanteado su situación, pero tanto el jugador como su entorno sólo piensan en blanco. Y desde el Madrid es una apuesta de futuro blindada hasta 2028. Por suerte para Raúl, para Carletto y en breve para Xabi.

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