
La Galerna
·12 de septiembre de 2025
El susto de D. Lluís

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·12 de septiembre de 2025
Buenos días. Ya es viernes, lo cual es una magnífica y una terrible noticia. Es magnífica porque significa que estamos a poco más de 48 horas para ver de nuevo en acción a nuestro Madrid. Es terrible porque significa que estamos a poco más de 48 horas de que vuelva la Mugrienta Liga Negreira, aka MLN (copyright de Jesús Alcaide).
Mientras llega ese instante, de éxtasis y espanto combinados, nos entretenemos ojeando las primeras planas de la prensa deportiva del día, en parte porque no tenemos nada mejor que hacer, en parte porque es lo que llevamos haciendo todas las mañanas, para vuestro uso y disfrute (es un decir), desde hace más de diez años.
Comenzamos por Sport, en cuya portada aparece un chico del que no sabemos si habréis oído hablar, por cuanto su nombre apenas ha salido en la prensa un par de veces. Es un delantero hispanomarroquí llamado Lamine Yamal. El muchacho nos impresiona con una frase para los anales de la historia: “No me importa lo que digan de mí”, frase de una hondura que nos deja asustados.
Caramba, qué coincidencia. Eso (quedarse asustado) es exactamente lo que le sucede al seleccionador nacional, Luis de la Fuente, (aka Lluís de la Fuente por su propensión a acatar como un solo hombre toda instrucción procedente del país de la esquinita, constituyéndose en un eslabón más de la cadena propagandística del club cliente de Negreira) cada vez que trina la imberbe estrella.
Ya lo veis. D. Lluís se queda “asustado” con “las reflexiones que te hace” Lamine. ¿Le habrá provocado susto esta última reflexión, es decir, la de que no le importa lo que digan de él, que recoge Sport? Normalmente, el eximio pensador que es Lamine bebe en las fuentes de los presocráticos, si bien en este caso parece brindar tributo intelectual a Alaska. “A quién le importa lo que yo haga / A quién le importa lo que yo diga / Yo soy así, y así seguiré / Nunca cambiaré”.
A nosotros nos pasa como a D. Lluís. Cada vez que Lamine abre la boca, nos asustamos ante el fuste intelectual de sus asertos. Están Descartes, Wittgenstein y Lamine, no necesariamente en este orden.
Antes, cuando uno no sabía a quién atribuir una cita impactante, se recurría al cajón de sastre de Sir Winston Churchill o Bernard Shaw. Ahora está también Lamine, en cuyo privilegiado cerebro bullen hitos epistemológicos de padre y muy señor mío. Hasta la fecha, nos hemos tragado alguna que otra portada loando las dotes balompédicas del muchacho. Alguna que otra, sin abusar. Demos las gracias, dado que por el mismo precio nos podían haber iluminado con sus pareceres metafísicos o gnoseológicos. Lo que pasa que no han querido hacerlo por mor de la humildat del interesado y sobre todo de la de su padre, otro ilustre pensador de la escuela heggeliana que sin embargo se ha ocupado de hacer prevalecer la discreción en cuanto a los méritos intelectuales de padre e hijo, pues de casta le viene al galgo. Están Schopenhauer, Heideger y Hustle Hard.
Estamos en condiciones de asegurar que Hustle Hard llama a la prensa cada vez que él o su hijo salen del retrete con un nuevo desarrollo en papel higiénico del noúmeno kantiano, pero solo, precisamente, para evitar que la publiquen. Por modestia. No se trata de que la gente se asuste como le pasa a D. Lluís.
-¿Hola? ¿Es el director de Marca? Qué tal, soy Hustle Hard, como del Barça. Vista Barça. Nada, que hoy mi hijo se ha descolgado con una variante del imperativo categórico de agárrate y no te menees. Sin embargo, por favor, si llega a vuestros oídos, hacerme el favor de no publicarla para ahorrarle soponcios a D. Lluís, y al personal así en general, también. Como del Barça. Visca el Barça y visca Aristóteles.
Y eso, que si no sabéis más cosas de la faceta filosófica de Lamine y de su pase es por la proverbial humildat de la familia.
Os dejamos con el resto de portadas del día. Pasad un buen viernes.