El vestuario de Schrödinger | OneFootball

El vestuario de Schrödinger | OneFootball

In partnership with

Yahoo sports
Icon: La Galerna

La Galerna

·14 de junio de 2025

El vestuario de Schrödinger

Imagen del artículo:El vestuario de Schrödinger

Hay algo verdaderamente enternecedor en este Real Madrid del verano: cada día amanece con un fichaje nuevo, como si Florentino tuviera en la mano la lámpara de Aladino y su único deseo fuera poblar el vestuario hasta que Carvajal tenga que ducharse en la banda. Suenan Saliba, Zubimendi, Rodri, Theo, Wirtz, Musiala, Saka, Haaland, el clon digital de di Stéfano, y el gemelo perdido de Jude Bellingham. Todos al mismo tiempo. Todos imprescindibles. Todos ya cerrados, según “fuentes cercanas”, que, como los unicornios, nadie ha visto pero muchos aseguran haber montado.

Si el fútbol fuese física cuántica, el Madrid viviría en superposición perpetua: ha fichado a todos y a ninguno, y los jugadores existen en un limbo entre el aeropuerto de Barajas y los likes de X.


OneFootball Videos


La plantilla, según estos portavoces del delirio, se parecerá pronto a un catálogo de FIFA Ultimate Team con presupuesto de petroestado. Cada línea del campo tendrá siete titulares y cuatro suplentes de lujo, más dos youtubers brasileños y un juvenil que ha hecho dos sombreros en un torneo sub-15 en el Mato Grosso.

Imagen del artículo:El vestuario de Schrödinger

En defensa, Alexander-Arnold y Theo competirán con Carvajal y Mendy por ver quién tiene más tatuajes, mientras Saliba se echa siestas profundas entre Rüdiger, Alaba y Asencio. En el centro del campo, Zubimendi y Rodri se pisarán las botas con Camavinga, Tchouaméni, Kroos (resucitado), Modrić (clonado) y un parche holográfico de Redondo. Arriba, el caos: Saka, Musiala, Güler, Brahim, Arda, Vinícius, Rodrygo, Endrick, Mbappé (porque sí), y Haaland asomando la cabeza como el primo grandote que llega sin avisar a la barbacoa.

No hay vestuario capaz de resistirlo. Ni plano de arquitecto. El Bernabéu necesitará una tercera grada subterránea solo para guardar las camisetas, y Florentino tendrá que reconfigurar Chamartín como si fuera el Ministerio del Tiempo: una puerta para cada fichaje, un pasillo para cada rumor.

Y aquí es cuando uno se pregunta: ¿de dónde sale todo esto? ¿Quién ha levantado este castillo de fichajes flotantes, este edén de humo veraniego? La respuesta es simple y lamentable: los medios de comunicación y su corte digital de insiders, filtradores y profetas del click.

Uno se pregunta: ¿de dónde sale todo esto? ¿Quién ha levantado este castillo de fichajes flotantes, este edén de humo veraniego? La respuesta es simple y lamentable: los medios de comunicación y su corte digital de insiders, filtradores y profetas del click

El periodismo deportivo, ese arte antaño noble, ha degenerado en una tómbola de titulares que parecen escritos por una IA dopada con cafeína. Todo se basa en “fuentes”, ese término mágico que lo justifica todo y no prueba nada. “Fuentes cercanas al entorno del jugador”, “allegados al club”, “personas con conocimiento directo”, “un tío que conoce a uno que vive en Valdebebas”. Basta con colocar la palabra “exclusiva” y el logo de un micrófono pixelado para que medio X entre en combustión espontánea.

Los “insiders” de internet, por su parte, se han profesionalizado en la producción masiva de humo: son como fábricas chinas de rumores. Tienen banderitas de emojis, banners en las bios y una fe inquebrantable en la mentira recurrente. Han hecho de “Here we go” una religión, y de sus seguidores, una grey entregada que, entre el fichaje 12 y el 15, aún encuentra tiempo para insultar a Fabrizio si no les confirma lo que sueñan.

Esta es la era del periodismo Schrödinger: todas las noticias son verdad y mentira al mismo tiempo, dependiendo del retuit. La veracidad ya no se exige; se compensa con entusiasmo. ¿Que el fichaje es falso? No importa, mañana se inventa otro. La redacción entera es una fábrica de ficción, un Netflix de la desinformación.

Imagen del artículo:El vestuario de Schrödinger

En este ecosistema saturado, el madridismo ha pasado de exigir títulos a exigir trending topics. Cada día sin fichaje es un fracaso institucional; cada nombre que no aparece en la portada de Marca, una oportunidad perdida. Se pide que venga Rodri aunque no quepa, que se fichen tres laterales izquierdos “por si acaso”, y que se traiga al primo zurdo de Bellingham para reforzar el eje sentimental.

Xabi Alonso, mientras tanto, mira al horizonte con gesto de padre resignado en un bautizo. Necesita tres pizarras, un excel con 25 pestañas y la asistencia técnica del MIT para ordenar las sesiones de entrenamiento. ¿Cómo ensayas un rondo con 32 jugadores y un portero? ¿Cómo motivas a Brahim si acaba de llegar Wirtz, y al día siguiente suena Jamal Musiala? ¿Cómo haces grupo cuando hay más competencia que en MasterChef?

El vestuario blanco seguirá siendo ese milagro de orden y jerarquía en el que, al final, solo caben los que deben estar. Ni uno más. Ni uno menos. Porque esto, amigos míos, no es el PSG

Querido y excelso lector: ninguno de estos fichajes, probablemente, llegue. O llegarán dos, tres, cuatro a lo sumo. Pero el daño está hecho. El madridismo ya no dormirá igual si no aterrizan todos. Se ha inoculado el virus del “y si…”, la droga del rumor, el síndrome de abstinencia del fichaje que no fue. Lo peor de todo es que, si no llega fulano o mengano, saldrán voces autorizadas del madridismo más granado de X para atacar a la planificación deportiva del club, a la directiva y al guardia de la puerta 57 del Bernabéu.

Y mientras tanto, los medios seguirán vendiendo humo con acento british, los insiders colgarán montajes con camisetas photoshopeadas, y el vestuario blanco seguirá siendo ese milagro de orden y jerarquía en el que, al final, solo caben los que deben estar. Ni uno más. Ni uno menos. Porque esto, amigos míos, no es el PSG. Es el Real Madrid. Aunque no lo parezca, a veces.

Me despido como siempre, amigos, ser del Real Madrid es lo mejor que una persona puede ser en esta vida… ¡Hala Madrid!

Getty Images

Ver detalles de la publicación