El Zaragoza está casi en coma | OneFootball

El Ibercaja Estadio, normalmente templo de ilusiones, vive estos días en un silencio inquieto. El Real Zaragoza encara esta temporada como un barco a la deriva. Sin dirección clara, sin gol decisivo y con la afición cuestionando no tanto el esfuerzo como la inspiración. Tras seis jornadas disputadas, los zaragocistas no han sumado ni un sólo un triunfo. Y encadenan tres empates consecutivos.

A nivel ofensivo, los números cantan pobreza. Según datos de ESPN, de los jugadores goleadores, solo Dani Gómez ha marcado dos tantos. Y sólo él suma para el club en el ranking de anotadores. No es, precisamente, el que más convence a la afición.

Falta de ideas: el rival más peligroso

En su empate 0-0 ante el Albacete en la Jornada 5, quedó patente lo que el pundonor no puede arreglar. Ante el Ceuta, en la 6, las sensaciones fueron aún peores. El Zaragoza no crea claridad, apenas genera tiros con peligro. Y cuando lo hace, no hay precisión ni convicción.

Durante el último partido, el equipo sólo realizó tres disparos entre palos. El resto fueron imprecisos, insuficientes frente a defensas cerradas. Y todo ello ante rivales que respetan al Zaragoza más de lo que lo temen.

Los aspectos económicos no son excusa para el Zaragoza

No se trata de falta de recursos. El club cuenta con un límite salarial amplio, por encima de lo esperado o especulado. Se coloca al Zaragoza en el décimo lugar de la categoría, según datos recientes ofrecidos por LaLiga.

Foto: Pilar Álvarez

Esa posición debería haber permitido al equipo contar con suficiente músculo para competir mejor en esta fase de la temporada. En cambio, el rendimiento transmite que esos recursos no están rindiendo como podrían. Y ya se apunta al banquillo como posible origen de los males blanquillos.

¿Cuándo reaccionará el timón?

Y aquí no hay tregua. Ni demasiada paciencia. Cada empate cedido, cada oportunidad desperdiciada, se convierte en un peso enorme para el ánimo colectivo. Si Zaragoza no responde pronto, corre el riesgo de quedar hundido en la clasificación. De perder toda confianza, cuestionar su estilo y ser presa ante equipos que luchan por objetivos incluso inferiores.

Pero hay algo noble en este club. Su historia, su afición, su peso en éxitos pasados. Todo ello refuerza la exigencia de un cambio de marcha. Se necesita más juego, más comprometido, más ambicioso. Que las ideas vuelvan para aclarar el panorama, sin excusas.

El Zaragoza no puede permitirse navegar sin brújula. En LaLiga Hypermotion una secuencia negativa que se alargue demasiado puede ser fatal. El momento para despertar es ahora. Hay que corregir errores, recuperar personalidad y volver a creer que este equipo merece algo más que sobrevivir.