El Zaragoza puede dar salida a su perla | OneFootball

El fútbol no entiende de treguas, y el Real Zaragoza lo sabe bien. A las puertas del último partido de 2025, la actualidad blanquilla se mueve en dos direcciones que inquietan por igual: el estado físico de una parte importante de la plantilla y la posibilidad de perder a uno de sus activos jóvenes en el mercado invernal. Entre la camilla y los despachos, el equipo de Rubén Sellés busca estabilidad en un contexto que no concede demasiada.

Porque cuando el calendario aprieta, las decisiones pesan el doble.

La enfermería como protagonista inesperada

Francho, Aguirregabiria y Bazdar no se han entrenado en los últimos días por diferentes molestias físicas. Tres nombres importantes que, pese a ello, no están descartados para el encuentro de la Jornada 19, el último compromiso del año. El cuerpo técnico confía en su evolución, consciente de que cada pieza cuenta en una plantilla que no va sobrada de alternativas.

A esta lista se suma Radovanovic, que acabó el último partido con una costilla rota. Un contratiempo doloroso, pero no definitivo. El central apura plazos con la esperanza de poder estar disponible, en una muestra más del carácter competitivo que define a este Zaragoza de Sellés, obligado a convivir con el riesgo físico.

Paulino y el reloj como aliado

La nota más clara dentro de la incertidumbre la pone Paulino. El atacante ha sido operado de su rodilla y el club maneja enero como fecha de regreso. No es una recuperación exprés, pero sí una hoja de ruta definida. En un equipo que necesita talento y desequilibrio en los metros finales, su vuelta se espera como agua en el desierto.

La planificación pasa por no forzar, por pensar más allá del corto plazo. Porque la temporada es larga y el Zaragoza necesita llegar entero a la primavera.

Rubén Sellés y la gestión del riesgo

El nuevo técnico se encuentra ante uno de los retos más complejos para cualquier entrenador: decidir cuándo arriesgar y cuándo proteger. Forzar a un jugador puede resolver un partido, pero comprometer varias jornadas. Sellés camina sobre ese alambre con la presión de los resultados y la necesidad de construir un grupo fiable.

Su Zaragoza empieza a mostrar matices, pero las lesiones no ayudan a consolidar automatismos. Cada baja es una pieza que se mueve, una idea que se reajusta.

Pau Sans y el silencio que hace ruido

En clave mercado, el foco se posa sobre Pau Sans. El joven extremo, uno de los valores con mayor proyección del club, no ha disputado ni un solo minuto en los últimos cinco partidos pese a estar disponible. Desde la llegada de Rubén Sellés, su protagonismo se ha evaporado. Y en el fútbol, la falta de minutos suele ser el prólogo de una salida.

La opción de que Pau Sans abandone el Zaragoza en el mercado invernal es real. No por falta de talento, sino por contexto. Un jugador joven necesita competir, sentirse importante. Y si no encuentra ese espacio, otros lo ofrecerán.

Las consecuencias de una posible salida

La marcha de Pau Sans tendría un doble filo. Deportivamente, el Zaragoza perdería una alternativa ofensiva con desborde y frescura. A medio plazo, supondría desprenderse de un activo joven que representa patrimonio del club. Pero también podría liberar espacio y abrir la puerta a refuerzos más ajustados a la idea del entrenador.

El mercado de invierno no perdona la indecisión. O se apuesta, o se deja marchar.

Resistir para decidir mejor

El Real Zaragoza afronta días clave. Primero, resistir. Llegar al parón con el mayor número de efectivos posibles y sin agravar lesiones. Después, decidir. En frío, con análisis y sin impulsos.

Porque entre algodones y rumores, el Zaragoza se juega más de lo que parece. No solo puntos, sino el rumbo de su proyecto inmediato. Y en una categoría tan exigente como LaLiga Hypermotion, cada decisión mal tomada suele tardar meses en corregirse.

El balón sigue rodando. Y el Zaragoza, entre dudas y esperanza, debe elegir cómo quiere que ruede el suyo.