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·7 de enero de 2025
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El turco justifica la confianza de Ancelotti y pide más con un ‘show’ de todocampista. El brasileño muestra iniciativa, pero se obceca en el remate.
Llegó el Real Madrid a Cartagena con un nombre encima de la mesa sobresaliendo respecto al resto: Endrick. El brasileño un fichaje de 35 millones de euros que podrían llegar a ser 60 con sólo 18 años, no ha caído en el Madrid como él esperaba; tampoco como querían muchos madridistas. En sus primeras apariciones hizo goles con facilidad y Ancelotti le dio una titularidad en Champions ante el Lille en Francia, el 2 de octubre. No estuvo bien, como el Madrid en general. Y desde entonces, todo banquillazos para él, a veces saliendo a jugar algo, a veces nada.
Hasta el Cartagonova, donde Endrick volvió al once en un duelo que elevó a otra figura, esta mucho más esperable: Arda Güler. El turco celebró su primer aniversario como jugador madridista de pleno derecho por todo lo alto. Debutó el 6 de enero de 2024 en casa de la Arandina, tras unos meses de incertidumbre en los que se rompió el menisco y luego tuvo que lidiar con varias lesiones musculares. Aquel día ya insinuó el gran futbolista que puede llegar a ser. En Cartagena ante la Minera se apreció una evolución completa. Y en Endrick, sin embargo, una cierta obcecación de cara a la portería contraria que es incompatible con el rol de goleador. En la Copa, Güler apretó a Ancelotti; Endrick, no tanto.
La visita del Madrid a Murcia fue un éxito de público (14.000 personas llenaron el estadio y le dieron a la Minera un impulso económico que se extenderá por varias temporadas) y también de crítica, con un 0-5 contundente que pudo ser mucho mayor (el portero de la Minera, Fran Martínez, hizo 17 paradas). Fueron muchas más las luces que las sombras. Y ninguna luz brilló como la de Güler, que firmó una actuación, más allá de los dos goles anotados, de todocampista a la antigua usanza.
Arrancó en un rol de extremo derecho con posibilidad de irse hacia adentro y buscar el remate; así llegó el primero de sus goles. Luego, a la hora de choque, con los cambios, se movió al interior del centro del campo, un rol que suele desempeñar en Turquía, con resultados prometedores. Incluso jugando de extremo, ya se dejaba ver mucho en la medular y hasta en la salida de balón.Y sus números fueron los de unfutbolista con todos los registros: hizo siete recuperaciones (sólo dos menos que el que más, Fran García), completó 61 pases (el segundo que más), 29 en el último tercio (líder en esa parcela), creó cinco ocasiones, remató siete veces y cuatro fueron a portería. Nadie en el Madrid intervino más veces en el juego que él (95) y nadie lo hizo en tantas zonas diferentes.
La temporada de Güler es infinitamente mejor en lo relativo a la confianza de Ancelotti que la pasada. Ya acumula ocho titularidades y se acerca a los 800 minutos, pero sigue flotando en el ambiente la sensación de que le cuesta al italiano entregarse del todo al turco. No termina de verle en el centro del campo, donde cree que le puede faltar algo de presencia física, si bien el duelo de Cartagena que por intensidad no será (siete recuperaciones y dos entradas ganadas de dos intentos) y en ataque la competencia es feroz, aunque el duelo de Copa, con dos goles y presencia constante en el área rival, le refuerza en ese sentido. Ya son tres dianas y tres asistencias en lo que va de curso. Le toca a Carlo mover ficha.
Y el vaso medio vacío es el de Endrick, que llegó a Cartagena con la convicción de hacerse importante a ojos de Ancelotti, pero que se fue trasquilado. No por cuajar un mal partido, no fue el caso. Estuvo activo e intenso y sirvió un gol en bandeja a Loren que no acabó dentro de milagro. Sobre todo, como nueve, anduvo impreciso y acelerado, pudo marcar en el mismo inicio del duelo y estrelló el remate en Fran; no rompería esa dinámica en todo el choque. En la segunda parte, ya como extremo, mostró un registro diferente, con más movilidad, y ahí llegó su mejor ocasión, con un zapatazo lejano ante el que el portero de la Minera sacó una mano fenomenal.
Ancelotti, con todo, ponderó muy positivamente su encuentroy le emplazó a no comerse el tarro con los goles que pudieron ser y no fueron: “Ha hecho un buen partido, marcar es un detalle, se ha movido bien, tuvo oportunidades, su movimiento siempre es eficaz detrás de la línea de ataque. Le faltó acierto, pero su partido fue muy bueno. Y por la derecha fue muy peligroso. Debe ser paciente, marcará goles cuando los necesitemos”. Mostró conectividad en el último tercio (24 pases) y sobre todo, mucho atrevimiento: intentó nueve regates, de los que salió vencedor en cinco. Remató seis veces en total, cinco a portería y creó cuatro ocasiones. Hizo méritos, pero el gol no llegó y ahora está por ver cuándo tendrá su próxima oportunidad de inicio. Quizás en la siguiente ronda de Copa, el sorteo tiene mucho que decir en cómo pinte el futuro de Endrick en el Real Madrid.
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