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Gustavo Gallardo Kuster·23 de enero de 2020
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Gustavo Gallardo Kuster·23 de enero de 2020
El juvenil Jesús Rivas se fue entre lágrimas del campo de juego por una mala expulsión y nadie del equipo impidió que ocurriera.
La situación más triste de la noche en la que Pumas perdió por 4-2 la ida de los octavos de final de la Copa MX en su visita a Santos Laguna no fue el pitazo final con el resultado en sí, sino la expulsión del juvenil Jesús Rivas, a quien se le cargó una mano en el área que en realidad fue de su compañero Martín Barragán. Lo grave fue la situación que siguió.
Ni el árbitro Omar González Veles ni nadie del equipo Universitario hizo absolutamente nada para retrotraer la situación y el llanto del juvenil de 17 años fue la tapa de la derrota. Todo esto generó repudio en las redes.