Tiralíneas Madrid
·5 de junio de 2025
España 5-4 Francia: España golea y alcanza la final de la Nations League

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·5 de junio de 2025
Un España – Francia siempre es especial. Más si cabe cuando lo que hay en juego es un billete para la gran final de la Nations League, en la que ya esperaba Portugal.
El ‘Clásico’ europeo comenzó a jugarse muchísimo antes de que el colegiado hiciera sonar su silbato. Las calles de Stuttgart se engalanaron para recibir a españoles y franceses; mientras que las aficiones se «hermanaron» en las inmediaciones del Mercedes Benz Arena para disfrutar de esta auténtica fiesta del fútbol.
Múnich aguardaba segundo contendiente para pugnar por este trofeo internacional y la batalla por ese puesto en la final no se hizo esperar. Los relojes peninsulares marcaron las 21 horas peninsulares y el esférico comenzó a rodar en el feudo alemán.
Francia salió con fuerza y logró tener las primeras ocasiones del encuentro en los primeros compases del juego. Poco a poco, la Selección Española creció en el choque y no solo comenzó a mirar de tú a tú al combinado galo, sino que se mostró ciertamente superior.
Tanto es así que, cuando corría el minuto 23, una acción enrevesada en el área francesa culminó con el gol de Nico Williams que abrió la lata y aventajó a los suyos. En un día en que los focos parecían ir para los Lamine, Mbappé, Dembelé y Doué; el pequeño de los Williams dio un golpe sobre la mesa y festejó como mejor sabe hacer: ¡bailando (esta vez con Dean Huijsen)!
El primer tanto del combinado nacional español dio alas a los muchachos de Luis De la Fuente y, apenas 3 minutos más tarde, aumentaron la ventaja en el luminoso. Este segundo gol fue obra de Mikel Merino, tras una asistencia inmejorable de su excompañero en la Real Mykel Oyarzabal.
El varapalo para Francia fue enorme, pero los galos ni mucho menos le perdieron la cara al partido. De hecho, aunque sin fortuna ni acierto de cara a puerta, la selección de Didier Deschamps dominó la posesión de balón y las ocasiones sobre la meta de Unai Simón no dejaron de sucederse.
En este contexto, con Francia queriendo anotar antes de enfilar el túnel de vestuarios y España disfrutando de un partido que parecía tener bajo balón, se llegó a la conclusión de los primeros 45 minutos.
Tras el espectáculo visto en la primera parte, la segunda prometía y mucho. Las expectativas, por altas que fuesen, no solo se cumplieron, sino que se superaron con creces.
Lamine Yamal, que ya había completado una gran primera parte, quiso sumarse a la fiesta española. El niño prodigio no quería marcharse de Stuttgart sin dejar huella, ¡y vaya si lo consiguió! Una acción suya provocó un penalti que él mismo se encargó de transformar con la tranquilidad y frialdad que tanto caracteriza a los cracks en las grandes citas.
Apenas unos minutos después, su compañero en el Barça, Pedri, aprovechó una fantástica ocasión de Nico Williams para hacer el cuarto y desatar la locura entre la afición española desplazada a Stuttgart. España estaba goleando a una de las mejores selecciones del mundo, al menos en cuanto a plantel se refiere.
Poco después, Kylian Mbappé recortó distancias desde el punto de penalti para maquillar la exhibición española.
No obstante, Lamine volvió a dar un golpe sobre la mesa batiendo a Maignan para completar una «manita» histórica. Yamal celebró el quinto señalándose el nombre para que nadie se olvide de él en las votaciones del próximo Balón de Oro. Frente a Dembelé y Mbappé, sus dos grandes oponentes en este trofeo individual, Lamine brilló para hacerle saber al mundo que ya no se debe ser cauto con este chico. Ya se puede afirmar sin miedo a equívoco que hablamos del mejor futbolista del mundo.
Más allá del recital de Lamine, lo que se vivió en Stuttgart fue una auténtica oda al fútbol. Un festival de goles y ocasiones que acabó 5-4 en favor de España tras dos tantos galos (Cherki, Vivian en propia puerta, Kolo Muani) que no trascendieron en el choque.
Autor: Sergio Hervás