España ya conoce a todos sus rivales del Mundial 2026: Uruguay, Arabia Saudita y Cabo Verde en el Grupo H | OneFootball

En un sorteo celebrado en Washington D.C., la Selección de España conoció a los tres rivales que integrarán su zona en el Mundial 2026, un torneo histórico que contará con 48 selecciones y un formato renovado. La Roja quedó ubicada en el Grupo H, donde ya fueron confirmados Uruguay, Arabia Saudita y Cabo Verde mientras que el cuarto integrante aún está pendiente de definición y surgirá de los repechajes intercontinentales.

Un grupo heterogéneo

El cruce con Uruguay aparece como el duelo más atractivo y exigente de la fase de grupos. La Celeste llega con una nueva generación consolidada, un estilo intenso y un equilibrio colectivo que la convierte en un rival de alto riesgo. Para España, será un test fundamental para medir sus aspiraciones reales dentro del torneo. La historia también acompaña: los cruces mundialistas entre ambos combinados siempre estuvieron marcados por partidos cerrados, tácticos y de mucho desgaste físico.

El segundo rival confirmado, Arabia Saudita, representa un desafío distinto. Su propuesta vertical, su disciplina táctica y el crecimiento competitivo de los últimos años la transforman en una selección que ya no puede subestimarse. España deberá evitar sorpresas y mantener un nivel alto desde el estreno para no complicar su clasificación.

La gran novedad del grupo es Cabo Verde, una selección africana en constante evolución que llega desde el repechaje con una dosis importante de entusiasmo y sorpresa. Aunque a priori aparece como el rival más accesible, su estilo físico, su velocidad y su capacidad para competir en escenarios adversos pueden convertirlo en un obstáculo inesperado. España tendrá que imponer su ritmo desde el inicio y evitar los golpes de efecto que suelen caracterizar a selecciones emergentes.

Expectativa y presión para una España candidata

En este Mundial 2026, la Selección Española llega como cabeza de serie y con el objetivo claro de competir por el título. La presencia de rivales de jerarquía media-alta obliga al equipo a tener un inicio firme, evitando tropiezos que puedan comprometer su avance.

Con adversarios confirmados, España inicia su camino hacia otra cita mundialista con ambición, responsabilidad y la obligación de demostrar por qué sigue siendo una de las grandes potencias del fútbol mundial.