Madrid-Barcelona.com
·4 de agosto de 2025
Fin de fiesta feliz del Barça y de Rashford en Corea. Pero Cubarsí dispara las alarmas

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·4 de agosto de 2025
Con lluvia, césped irregular y una grada entregada, el Barça puso fin a su gira asiática dejando una buena imagen. El partido ante el Daegu FC no fue más que un amistoso de trámite, pero sirvió para que Hansi Flick sacara algunas conclusiones positivas de cara al arranque del curso.
Marcus Rashford volvió a dejar destellos del futbolista que enamoró a Europa. Su gol, fruto de su instinto y velocidad, fue lo más destacado de un encuentro dominado de principio a fin por los azulgranas.
Jugó suelto, sin molestias aparentes, y celebró con rabia su primer tanto como culé. Un alivio para Deco, que apostó por él pese a sus antecedentes físicos.
El equipo se mostró ordenado, con criterio y verticalidad. La circulación fue fluida, y los jóvenes volvieron a aprovechar sus minutos. Ferran, Fermín y Héctor Fort demostraron que quieren seguir contando.
Pero no todo fueron buenas noticias en el cierre de la gira. La gran preocupación se llama Pau Cubarsí. El joven central, una de las joyas de la cantera, tuvo que retirarse lesionado tras un mal gesto defensivo.
El gesto de dolor, inmediato. La cara, desencajada. Y el silencio en el banquillo lo dijo todo.
Las pruebas médicas determinarán el alcance exacto de la lesión, pero en el cuerpo técnico no disimulan su inquietud. Cubarsí es pieza clave para Flick, y su baja —si se confirma— alteraría toda la planificación defensiva del equipo.
Flick, prudente pero serio, fue claro en rueda de prensa: “Esperamos que no sea grave, pero no pinta bien. Es un chico fuerte y confiamos en él”.
El Barça cierra así su gira asiática con un balance globalmente positivo. Más allá de los resultados, el equipo ha ido encontrando automatismos y perfilando un once titular. Rashford, por su parte, ha disipado dudas físicas y encaja en el sistema.
La nota amarga, sin duda, es la lesión de Cubarsí. Porque más allá de su proyección, el defensa de 17 años ya es una realidad para el Barça.
Un susto serio en un momento clave. Y un aviso de que la temporada, larga y exigente, va a requerir fondo de armario y suerte con las lesiones.
El regreso a Barcelona servirá para calibrar el alcance real del problema. Pero hoy, el barcelonismo no puede respirar tranquilo.