Enelcamarin.cl
·12 de diciembre de 2025
Fútbol chileno rumbo al 2026: entre la ilusión y la contradicción

In partnership with
Yahoo sportsEnelcamarin.cl
·12 de diciembre de 2025

El fútbol chileno vive un extraño momento, por un lado, estamos a punto de estrenar un calendario revolucionario que promete acción todo el año. Por otro lado, acabamos de digerir el golpe duro que fue quedarnos fuera de un Mundial 2026. Mientras tanto, nuestros jugadores siguen levantando copas continentales como si nada.
¿Qué está pasando? Te invito a analizar juntos este momento agridulce del fútbol chileno.
Atrás ha quedado la espera de los días de junio o julio preguntándote cuándo volverá a rodar la pelota. La ANFP tiene un plan concreto para 2026 que contempla fútbol profesional durante los doce meses del año. Esta estrategia responde a realidades comerciales, básicamente se trata de que los contratos con TNT Sports lo exigen, pero sin importar los motivos, lo cierto es que está decisión nos beneficia a nosotros, los que vivimos cada partido, cada oportunidad en las casas de apuestas en Chile, y cada transmisión en vivo.
El telón se levantará el 21 de enero con una Supercopa renovada. Entre los cambios que destacan es que ya no veremos un partido único entre campeones, ahora tendremos un Final Four, con Coquimbo Unido, Huachipato, Deportes Limache y el subcampeón de la Liga. Cuatro equipos top, en una sola sede, y cuatro días de pura intensidad.
Y apenas una semana después, la siguiente temporada del Campeonato Nacional arranca sin pausas eternas. Un torneo largo, y pensado para mantenernos enganchados. Las declaraciones recientes han dejado ver que hay nerviosismo entre los dirigentes, pero la dirección parece acertada con más fútbol, y mejor calidad.
Este cambio favorece al hincha que ya no tendrá que soportar esos silencios de meses que parecían eternos. Además, significa que los clubes podrán planificar con continuidad y que los jugadores tendrán un escenario más competitivo. Claro, también implica más exigencia física y logística, pero si queremos que nuestro fútbol crezca, no se puede seguir jugando a medias.
Este año nos ha tocado respirar hondo, por tercera Copa del Mundo consecutiva, La Roja no estará presente. Y esto duele más que nunca, porque el Mundial 2026 será el más inclusivo de la historia con 48 equipos participando, casi el 25% de los países del planeta.
Sudamérica tendrá hasta 7 representantes. Una oportunidad de oro que Chile dejó escapar. Los números son brutales, quedamos en décimo lugar con solo 2 victorias en 18 partidos y cero triunfos contra los clasificados. La transición fallida de la Generación Dorada, proyectos cortoplacistas y una falta de identidad en la cancha nos dejaron fuera incluso del repechaje.
Aparece entonces la pregunta incómoda: ¿qué estamos haciendo mal? No basta con culpar a los técnicos de turno ni con llorar por los años dorados de Alexis, Vidal y compañía. El problema parece ser estructural, y con deficiencias en puntos claves como la formación de juveniles, la planificación de largo plazo y la inversión en infraestructura. Mientras otros países apuestan por academias y proyectos sólidos, nosotros seguimos improvisando.
Hemos de aprovechar los siguientes cuatro años para mejorar en estos puntos, y reivindicarnos en el fútbol internacional.
Mientras la selección naufraga, nuestros jugadores brillan en el continente. Tenemos a un Erick Pulgar que levantó su segunda Libertadores con Flamengo y se transformó en ídolo absoluto en Brasil. A un Benjamín Kuscevic que hizo lo propio con Palmeiras en 2021, pieza clave en el bicampeonato del Verdão. Y Arturo Vidal y Mauricio Isla, símbolos de la Generación Dorada, conquistaron la Libertadores 2022 con Flamengo.
Estos triunfos nos dicen algo importante, y es que el talento chileno existe y es de élite sudamericana. Nuestros jugadores no son relleno, son pilares de equipos campeones. La calidad está ahí, el hambre competitiva también. Lo que falta es un proyecto serio que los reúna bajo una misma camiseta.
El contraste es evidente, mientras Pulgar es el cerebro de Flamengo, en La Roja no encontramos un mediocampo que funcione. Mientras Kuscevic brilla en Palmeiras, la defensa de la selección se desarma con facilidad.
El fútbol chileno vive una paradoja entre un nuevo calendario que nos promete acción todo el año, una selección ausente en el mundial y jugadores que conquistan América con camisetas extranjeras.
El 2026 será un año de contrastes, habrá más fútbol que nunca en nuestras canchas, pero también más preguntas sobre cómo reconstruir una selección que parece haber perdido el rumbo. La esperanza está en que esos héroes que levantan copas afuera puedan inspirar un nuevo ciclo puertas adentro.









































