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·20 de enero de 2025
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·20 de enero de 2025
Simeone siempre ha dicho que «en el fútbol, como en la vida, no hay revancha, hay nuevas oportunidades». Probablemente no se equivoque el entrenador argentino, pues cada uno es libre de pensar y opinar como le parezca. El caso es que, a favor o en contra de las palabras del Cholo, el Atlético tiene este martes una nueva oportunidad o una opción de revancha, llámenlo como quieran.
Mañana, a eso de las 21:00h y con un Metropolitano hasta la bandera, el conjunto madrileño se enfrenta al Bayer Leverkusen. La gran sensación de la temporada pasada y un equipo que acumula once victorias consecutivas en estos momentos. Eso sí, las once del equipo que dirige Xabi Alonso son todavía inferiores a las quince que consiguió el Atlético hasta que el Leganés se cruzó en su camino el pasado sábado.
Un tropiezo inesperado, un día de esos en los que las cosas no salen y una derrota de las que hacen herida justo antes de un compromiso tan relevante como el de mañana. Pero el fútbol es así y solo hay dos opciones: levantarse o levantarse. No hay otra para un conjunto que tras el pinchazo buscará redimirse y que cuenta con motivos suficientes para salir con un extra de intensidad ante el Leverkusen.
El primero y más importante es evidente. Con solo dos jornadas restantes para el término de la fase de grupos de la UEFA Champions League, los de Simeone quieren acabar por todo lo alto. Tras un inicio complicado (una victoria y dos derrotas en las tres primeras fechas), París sirvió para alzar el vuelo. El gol de Correa dio alas a un equipo que se levantó del letargo con tres triunfos consecutivos en las siguientes jornadas.
Una situación que ha llevado a los colchoneros al lugar en el que están hoy. Con doce puntos en su casillero y ocupando el puesto once de la clasificación, solo hay un punto de diferencia respecto al tercer clasificado. Una distancia mínima que convierte las dos últimas jornadas en decisivas para el deseado asalto al top-8.
Esos puestos de privilegio que dan acceso a los octavos de final de forma directa se acercarán o alejarán en función de lo que ocurra ante el Leverkusen. Los germanos van cuartos y ganarles supondría ponerse por delante en la tabla. Tres puntos que pondrían de cara el objetivo de estar entre los ocho primeros, a falta de conocer los resultados de los rivales. Pero eso sí, siendo conscientes de que el viaje a Salzburgo en la última fecha se presupone «asequible».
La otra gran motivación, aunque a Simeone no le guste de puertas para afuera, está en el pasado. No hace mucho, el Leverkusen fue un verdugo que no se olvida en la parroquia rojiblanca. También en la penúltima jornada de la fase de grupos, el empate a dos en el Metropolitano sigue en el recuerdo. Fue el día en el que el Atlético firmó su eliminación de aquella Champions, pero no dolió solo el resultado.
Aquella noche, como en Leganés, la suerte no cayó del lado colchonero. Tras empatar dos veces el encuentro, Carrasco tuvo la oportunidad de dejar a los de Simeone con vida en la competición con un penalti en la última jugada del partido. Aquello no salió bien, gozó incluso de carácter cómico y sepultó la temporada europea del Atlético.
Ahora, más de dos años después, el fútbol da revancha o, como le gusta decir a Simeone, una nueva oportunidad. Mismos equipos, pero diferentes al mismo tiempo. Viejo o nuevo formato de Champions, pero misma trascendencia. Hay veces que hay que enfrentarse a los fantasmas del pasado para acabar con esas pesadillas y mañana el Atleti lo hará con ganas de revancha.