Hansi Flick impone mano dura en el vestuario culé | OneFootball

El técnico ha decidido imponer orden en un entorno donde la exposición mediática empezaba a descontrolarse. Las fiestas, actos sociales y campañas promocionales tienen ahora los días contados.

El FC Barcelona ya está inmerso en la pretemporada y Hansi Flick ha comenzado su mandato con una batería de decisiones que marcan un giro disciplinario. El técnico alemán ha retocado el código interno del vestuario con un objetivo claro: cortar de raíz cualquier distracción innecesaria que aleje a sus jugadores del verdadero foco, el fútbol.

Consciente del impacto mediático que generan varios cracks de la plantilla y el tirón comercial que arrastran dentro y fuera del campo, Flick ha optado por restringir al máximo la agenda social de los futbolistas. Las celebraciones públicas, los compromisos con marcas o las apariciones promocionales serán reducidos a la mínima expresión. Se permitirán solo si no alteran la dinámica del primer equipo y siempre en un entorno de discreción.

El técnico ya había lanzado un aviso semanas atrás. Ahora, tras comprobar la oleada de eventos protagonizados por jugadores azulgranas en plena pretemporada, ha decidido actuar. Lo tiene claro: toca centrarse en el trabajo diario y preparar una temporada 2025/26 que se presenta exigente.

Con las llegadas de Joan García, Roony Bardghji y Marcus Rashford, el vestuario será más competitivo que nunca. Flick quiere a todos en plena forma desde el primer día. No hay margen para despistes. La lucha por los títulos requiere máxima concentración y cualquier ruido externo, por pequeño que parezca, puede desviar el rumbo.

La popularidad de muchos jugadores es un arma de doble filo. Y Flick, veterano en esto del alto rendimiento, ha preferido atajar antes de lamentar. Las nuevas normas buscan proteger al grupo, reforzar la unidad y, sobre todo, preparar el terreno para un Barça más serio, enfocado y ambicioso.