Hansi Flick muestra el camino a Xabi Alonso: 'Está decepcionado con el cambio, pero lo acepto' | OneFootball

Hansi Flick volvió a dar una lección de calma y gestión emocional tras la victoria del Barça ante el Eintracht. Lamine Yamal se fue al banquillo molesto tras ser sustituido, no es la primera vez que quiere seguir hasta el final y lo deja claro. Flick, lejos de dramatizar, explicó que es normal que un jugador con ambición no quiera salir.

El técnico admitió que vio una pequeña decepción en el extremo, pero también que lo entendió de inmediato. Tenía amarilla y el partido aún exigía piernas nuevas. El mensaje fue claro: entiende al futbolista, respeta su impulso competitivo y, aun así, toma la decisión necesaria para el equipo.

Una lección aplicable a Xabi Alonso y a la gestión con Vinícius

Lo que hizo Flick es lo que muchos esperan en situaciones como cuando Vinícius se tensa al ser cambiado por Xabi Alonso. El brasileño suele exteriorizar su enfado y muestra gestos que generan ruido. Sin embargo, la clave está en separar la emoción del problema.

La gestión de los cambios de Xabi Alonso | Getty Images

Flick recordó que él también fue jugador, sabe lo que significa sentir que aún queda energía para aportar. Su fórmula combina cercanía, firmeza y lectura del contexto. Esa gestión sin confrontar reduce la tensión y marca el camino para técnicos que tratan con jugadores de fuerte personalidad.

Xabi, que ya conoce bien a Vinícius, podría encontrar en esta actitud un espejo útil: comprender sin ceder, escuchar sin renunciar y decidir por el bien del conjunto.

Mentalidad ganadora sin dramatismos

Además de la gestión emocional, Flick habló del rendimiento del equipo. Celebró la capacidad del Barça para remontar partidos, aunque reconoció que le gustaría evitar esos arranques tan fríos. Aun así, valoró la mentalidad del grupo, la competitividad y la constancia.

No quiso mirar la clasificación ni pensar en si el Top-8 está más cerca o más lejos. Su mensaje fue pragmático: seguir sumando, centrarse en lo propio y mantener la intensidad. Una visión que también comparten los entrenadores que prefieren alejar a sus equipos del ruido y de la presión mediática.

Un vestuario que crece y que sorprende

Flick también se mostró sorprendido por los goles de Koundé. Lo atribuyó al trabajo en los entrenamientos y a la mentalidad del jugador. Destacó además la aportación de Rashford y el compromiso del grupo.

En definitiva, el alemán dejó una idea poderosa: gestionar un equipo no es evitar conflictos, sino conducirlos con equilibrio. Y ese es un mensaje que atraviesa fronteras, estilos y clubes. También es un recordatorio para Xabi Alonso y para cualquier técnico que dirige a estrellas como Vinícius o Lamine.