REVISTA PANENKA
·9 de abril de 2021
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·9 de abril de 2021
Cuando hablamos de Suecia, inconscientemente, todos lo asociamos a un nombre propio: ABBA. El grupo sueco, que cautivó a toda Europa ha sido y es el emblema del país escandinavo. Se formó en Estocolmo en 1972 pero no fue hasta el festival de Eurovisión de 1974 celebrado en Brighton, cuando Björn, Benny, Agnetha y Anni-Frid se dieron a conocer en todo el mundo. A partir de ahí solo hicieron que crecer con su melodía pegadiza, sus canciones simples y su estilo propio que mezclaba las dulces voces femeninas y el wall of sound, una innovadora técnica de producción musical creada en los Estados Unidos en los años 60. Diez años después del nacimiento de ABBA, otro grupo sueco, esta vez de futbolistas, maravillaron a toda Europa: era el IFK Göteborg. Pero el IFK no siempre ha sido el equipo puntero en la segunda ciudad más grande del país. El Örgryte IS, actualmente en segunda división, es el equipo más antiguo de Suecia y el primer campeón de liga en 1896. En medio del éxito que el decano sueco experimentaba en aquellos años, otro club estaba a punto de nacer en los suburbios occidentales de la ciudad. Después de una reunión entre Arthur Wingren, John Säwström y otros enamorados del fútbol en el Café Olivedal de la urbe costera, en octubre de 1904 nació el IFK Göteborg. Solo tuvieron que esperar cuatro años para ganar su primer título de liga, que volvieron a conquistar en 1910 y 1918. La siguiente consecución del título liguero no llegó hasta la temporada 1934-35 cuando el campeonato sueco ya había adoptado el nombre de Allsvenskan, que aún perdura. A pesar de este vacío temporal de éxitos, el conjunto azul y blanco siguió rompiendo barreras. Filip Johansson, la primera gran estrella del equipo, anotó 39 goles en 22 partidos en 1925, un récord goleador liguero que aún se mantiene. Además el IFK fue el primer equipo sueco en viajar al extranjero, visitando España en 1924 y cruzando el Atlántico para ir a Norte América en 1949. Momento crucial Después de ganar tres ligas de manera intermitente entre los años 40 y 60, en 1969 ganaría su último título doméstico antes de la debacle. Solo una temporada después, el Göteborg descendió a segunda división. Los años 70 fueron una pesadilla para los ‘Blåvitt‘, una travesía por el desierto. Pero como en todo período negro, siempre hay luz en medio de la oscuridad. Debido a la pérdida de la categoría, el club ya no podía pelear por adquirir los mejores talentos suecos y tuvo que reinventarse y apostar por la cantera. Esa fue una de las decisiones que cambiaron el devenir del Göteborg pues de las arcas de las categorías inferiores salieron jugadores como los mellizos Conny y Jerry Karlsson o Glen Hysén, figuras que devolverían la ilusión a los del oeste consiguiendo la vuelta a la Allsvenskan en 1976. Sin embargo, no fue hasta la llegada de un emblema del fútbol sueco que el club volvió a pelear por la liga. Sven-Göran Eriksson aterrizaba en 1979 a Göteborg procedente del Degerfors IF, un recién ascendido. El éxito fue inmediato, Eriksson introdujo el sistema 4-4-2 con presión intensa y apoyos constantes, el denominado ‘modelo Swenglish’, y consiguió una meritoria segunda posición en liga y la primera copa sueca para el club. Debido a la victoria copera, en la temporada 1979-80 disfrutaron de su primera experiencia europea en la mítica Recopa, donde solo fueron superados por el Arsenal en los cuartos de final.
Después de una reunión entre Arthur Wingren, John Säwström y otros enamorados del fútbol en el Café Olivedal de la urbe en la costa, en octubre de 1904 nació el IFK GöteborgA partir de 1981 el IFK se convirtió en un equipo a tener en cuenta, ese año volvieron a quedar segundos en liga y alcanzaron los cuartos de final de la UEFA. 1982 fue la temporada de su consolidación a nivel europeo, después de un inicio turbulento por problemas económicos, el Göteborg levantó el triplete: Allsvenskan, copa sueca y Copa de la UEFA, batiendo al Hamburgo por 4-0 en el global. En los siguientes 15 años fueron el mejor equipo en Suecia, ganando la liga diez veces, la Svenska Cupen tres y dos Copas de la UEFA. Eran tiempos de júbilo en el oeste sueco, que casi alcanzan su máximo esplendor en 1986 si no hubiera sido por el Barcelona y una noche de ensueño cuando Pichi Alonso, con un hat-trick, y Urruti, con una gran tanda de penaltis, truncaron las esperanzas de clasificación para la final del IFK, que había ganado 3-0 en la ida de las semifinales de la Copa de Europa. Pero todo lo que sube, baja. Aun siendo considerado uno de los grandes clubes en Suecia junto al Malmö FF y el AIK, el Göteborg solo ha ganado un título liguero en 20 años. Lejos quedan esos maravillosos años 80. Un rayo de esperanza El IFK Göteborg es el único equipo escandinavo que ha ganado un título europeo. De hecho fueron dos Copas de la UEFA, en las temporadas 1981-82 y 1986-87, y ocho Intertotos. Uno de los grandes artífices de la consecución de la segunda Copa de la UEFA fue Roland Nilsson, el actual entrenador del club. A su lado, como segundo entrenador, está el catalán Ferran Sibila, con el que Panenka ha podido hablar. “Con Nilsson hay muy buena relación, estamos todo el día juntos y hasta somos vecinos [sonríe]”, explica Sibila, entrenador licenciado en Ekkono y extécnico asistente del también equipo sueco GIF Sundsvall, que milita en segunda división. Y es que la llegada de Ferran Sibila a Suecia tiene detrás una razón de ser, Soccer Services Barcelona. La consultoría de fútbol con sede en Barcelona y fundada en 2003, ofrece departamentos de metodología a los clubes profesionales y federaciones de todo el mundo. Un departamento de metodología es una estructura técnica dentro del funcionamiento de un club, focalizado en el buen desarrollo de los jugadores jóvenes, la creación de una identidad de juego común y la potenciación del rendimiento de todos los equipos del club. Soccer Services Barcelona también ofrece otros servicios, como el asesoramiento a entrenadores o jugadores. La función del técnico catalán es influir en la metodología del club pero, sobre todo, en la del primer equipo. “Ekkono es el método que utiliza la consultora Soccer Services en exclusiva. Consta de dos versiones; en su versión Ekkono Smart, el método se enfoca en potenciar el rendimiento de los jugadores, ayudándoles a interpretar correctamente el juego y a encontrar soluciones inteligentes. En su versión Ekkono Identity, la atención se centra en ayudar a clubes y federaciones a implementar una identidad, pasando del diseño conceptual hasta la implementación en toda la estructura”, cuenta Sibila. Mediante esta ética y metodología de trabajo innovadora el IFK Göteborg quiere volver a ser un equipo top dentro de Suecia y poder tener la capacidad de jugar en competiciones europeas. “Esperamos que este año podamos acercarnos a nuestros objetivos, no vamos a parar de luchar por esto”, afirma el segundo entrenador.
Ekkono es un método método que busca potenciar el rendimiento de los jugadores y ayudar a clubes y federaciones a implementar una identidad”, cuenta Ferran SibilaEste mercado de fichajes los Blåvitt se han reforzado con dos incorporaciones de nivel. Por un lado, el eslovaco Marek Hamšík, procedente del Daliang Yifan de China, pero con un bagaje por Europa que lo convirtió en uno de los box-to-box más codiciados del panorama futbolístico. Por el otro, Marcus Berg, el histórico delantero sueco y formado en la cantera del Göteborg, que después de dos años en el Krasnodar ruso volverá a la que fue su casa. “Son dos jugadores que nos van a aportar mucho, Hamšík ya entrena con nosotros y es un jugador de un nivel muy alto. Y para ver a Berg vamos a tener que esperar hasta el verano, pero es un delantero de una gran calidad”, asegura Ferran Sibila. Estas dos incorporaciones, sumadas a la calidad que ya de por si tenía el club hacen ver la luz al final del túnel para el IFK. Sembrar para recoger El Göteborg ha sufrido en los últimos años diferentes reestructuraciones y problemas económicos y deportivos. Ha sido una época de periodos inestables en el club de la segunda ciudad más grande de Suecia. Una tendencia que parece que se está revirtiendo. “Ahora se están sentando unas bases que nos hace estar a todos más unidos. Además si los resultados van bien es mucho más fácil tener este objetivo común, si algo va mal la gente deja de creer en el proceso”, asume el segundo entrenador catalán. Por lo que hace a los efectos de la pandemia, el club también sufrió. “El equipo tenía una plantilla corta que no estaba acostumbrada a jugar cada tres días, y esto complicaba mucho las cosas, tanto mental como físicamente”, confiesa. La falta de aficionados en las gradas del estadio del IFK también influyó en el rendimiento del equipo. “El Gamla Ullevi es un estadio que cuando se llena los equipos rivales tienen mucho respeto: la gente empuja y anima mucho cuando las cosas están igualadas, y esto hace la diferencia. Ganamos partidos gracias a ellos”, destaca Sibila. El motivo de esta comunión afición-jugadores es la apuesta por los jugadores de la casa. Uno de los objetivos del club es que el 50% de los jugadores del primer equipo sean de la academia blanco y azul, meta que con la vuelta del hijo pródigo Marcus Berg se cumple con creces. La colaboración con Soccer Services Barcelona, la confianza en la cantera y el cambio de rumbo del club tienen un fin común, volver a colocar el IFK Göteborg entre los grandes del fútbol sueco primero y europeo, después. Cómo lo fue ABBA en aquel festival de Eurovisión en 1974, o cómo lo es, todos los días desde hace 90 años, la escultura de Poseidón, monumento emblema de la ciudad y obra del artista sueco Carl Milles, que preside la Götaplatsen de Göteborg. SUSCRÍBETE A LA REVISTA PANENKA Fotografías de Imago y cedidas por Ferran Sibila.