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·10 de mayo de 2024
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Foto: Prensa Copa Libertadores
Hace tiempo que Andrés D’Alessandro vive en Porto Alegre. Desde 2008, cuando llegó a Inter, y con la excepción de dos pequeños tramos de su carrera donde regresó a River y jugó en Nacional de Uruguay, el exfutbolista está asentado en esa ciudad del sur de Brasil que actualmente atraviesa una situación desesperante, a causa de las inundaciones que ya causaron más de 110 muertes.
En ese contexto, el Cabezón realizó este viernes una dramática descripción del momento que vive Río Grande do Sul. Se mostró un tanto aliviado, pese a que durante gran parte del día no tiene agua y por momentos tampoco electricidad en su casa, ubicada en las afueras de aquella ciudad, pero no por ello ajeno al dramático momento. “Esta catástrofe nos coloca a todos en el mismo lugar. Hay que ayudar”, remarcó.
Y es lo que está haciendo por estos días el campeón del mundo sub20 con el seleccionado argentino en el año 2001. Al menos es lo que mostraron las imágenes de ESPN, señal a la que D’Alessandro le concedió una entrevista.
“En Porto Alegre ayer entró agua en dos zonas cercanas al centro, donde nunca entró. La luz se cortó en varios sectores y no solo se corta por el agua sino que las empresas cortan por miedo a que la gente se electrocute. Hay mucha gente trabajando en el agua”, comenzó su relato en F12.
Luego, lamentó que no se divisa en un futuro cercano una mejoría en la situación. “Esto va a demorar mucho. Nunca lo vi”, admitió.
Habló de que en la región habrá que “reconstruir vidas”, porque “hay gente que perdió todo”. Las estatísticas, tristes y frías, le dan la razón: las inundaciones en el sur de Brasil, según los datos actualizados este viernes, ya dejaron 114 muertos, 146 desaparecidos y casi 2 millones de damnificados.
“A mi barrio no llegó (la inundación), pero estamos sin agua. No hay agua potable. Hay camiones que van por diferentes barrios que van para abastecer los barrios”, expresó.
Y ejemplificó: “Tenemos días con 20 minutos, media hora o una hora de agua y acá somos cinco y tenemos que aprovechar para bañarnos o lavar las cosas”.
La desoladora imagen de Río Grande do Sul bajo el agua.
“Es lo mínimo dentro de lo que estamos viviendo, no nos podemos quejar”, aceptó el exjugador de 43 años.
Y añadió: “Lamentablemente hoy ni se toca el asunto del fútbol”. La desesperación es tal que la anegación de los estadios de Inter y Gremio pasó a un segundo plano, en relación con las necesidades urgentes de la población”.
“Es una situación que nunca viví. Es prácticamente de guerra”, culminó D’Alessandro.