Javier Castrilli fue distinguido como Personalidad Destacada por la Legislatura de CABA: se emocionó, agradeció, recordó y cuestionó | OneFootball

La Legislatura de CABA distinguió esta tarde al ex árbitro Javier Castrilli es como Personalidad Destacada en el ámbito del deporte, por su destacada trayectoria. Reconocido y elogiado por su apego a la justicia, el reglamento y ética, el Sheriff se mostró emocionado durante el acto, que contó con la presencia de familiares, amigos y ex colegas.

En el acto, llevado a cabo en el Salón Alfonsín del Palacio Legislativo porteño, Facundo Del Gaiso, legislador de la Coalición Cívica e impulsor del reconocimiento, le entregó el diploma y explicó los motivos: “Es un justo reconocimiento al árbitro que marcó una historia en el fútbol argentino. Pero también a ese hombre que con coraje hizo culto del respeto a las normas y a la ley tanto en las canchas como en la función pública”.

En su mensaje, Castrilli, de 67 años, afirmó: “Es un honor recibir este reconocimiento. Le agradezco a todos los que a lo largo de mi vida me han acompañado y apoyado. El árbitro no hace las leyes, solo debe hacerlas cumplir en la cancha. Si no hace o hace de más, está cometiendo un delito deportivo. Es un garante de esa seguridad jurídica”.

Otro tramo emotivo del acto se dio cuando una cantante entonó el tema Honrar la vida, cuya letra se puede asociar perfectamente con la personalidad y forma de pensar de Castrilli.

En otro tramo de su discurso, Castrilli apuntó contra árbitros actuales, como Andrés Merlos, Fernando Espinoza y Pablo Echavarría, quienes vienen siendo cuestionados por sus polémicos y dudosos fallos. También recordó las feroces críticas que recibió de parte de presidentes de clubes grandes y de un sector de la prensa durante su trayectoria arbitral, y repasó su paso como funcionario público en el área de la Seguridad Deportiva en la Provincia de Buenos Aires.

Castrilli, sin dudas uno de los mejores exponentes del referato argentino y se enfrentó a presiones, sugerencias y advertencias sin temblarle el pulso y mostrando siempre coraje y convicción para enfrentarlas. Con el silbato y las tarjetas cometió errores, como cualquier ser humano, pero jamás de manera intencionada o pensando en favorecer a determinados equipos. Ese fue su sello y su legado.

Apodado El Sheriff por el estricto cumplimiento del reglamento en los partidos, Castrilli desarrolló su carrera de árbitro entre 1978 y 1998, siendo una de sus últimas experiencias el Mundial FIFA de Francia 1998. Posteriormente fue Subsecretario de Seguridad en Espectáculos Deportivos, y se volcó a la política.