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·9 de enero de 2025
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·9 de enero de 2025
Enero es ese mes que se hace bola para mucha gente, un comienzo de año que no suele ser sencillo. Y en el fútbol, como en la vida misma, el primer mes del año también es una cita delicada para los equipos. No será distinto para el Atlético de Madrid, que tras superar al Marbella en dieciseisavos de Copa del Rey, afronta otros seis compromisos en lo que resta de enero.
Un calendario apretado que obliga a los de Simeone a volver a ese ritmo arrollador que exhibieron en sus últimas comparecencias de 2024. De lo contrario, enero se puede convertir en una verdadera cuesta a escalar. Partiendo por el primero de los obstáculos a superar, el Atlético tiene una cita para la historia este domingo.
Con el Metropolitano como aliado, el conjunto madrileño tiene ante Osasuna una oportunidad histórica. Porque, más allá de recuperar el liderato de LaLiga y ser campeón de invierno, ganar supondría alcanzar un registro único de victorias consecutivas en la historia colchonera. Un balance de 14 triunfos seguidos que mejorarían la marca alcanzada en la temporada 2012/2013, con el subidón moral que eso significaría.
Superado o no el duelo ante Osasuna, el Atlético volverá a poner la mente en la Copa del Rey. El miércoles que viene tiene una cita con el Elche, con el pase a la siguiente ronda en juego. A priori, al enfrentarse a un equipo de menor categoría, se presupone un partido «asequible» para los colchoneros. Pero en el fútbol todo puede pasar y no hay que dar nada por garantizado.
Eso sí, si la eliminatoria resulta positiva, Simeone y sus muchachos podrán olvidarse del trofeo copero hasta principios de febrero. No es mucho tiempo y, a la postre, supondría dar continuidad a ese ritmo incesante de partidos cada tres o cuatro días. Pero eso es un problema menor teniendo en cuenta que viene motivado por resultados positivos.
Tras la visita a tierras alicantinas, el Atlético se olvidará de viajes durante dos semanas. Primero, porque el siguiente choque a afrontar le llevará a la zona sur de Madrid. Concretamente hasta Butarque para enfrentarse a un Leganés que ya puso las cosas complicadas en el partido disputado en el Metropolitano.
Y segundo, porque dos de los tres últimos compromisos de enero se vivirán en el estadio colchonero. El primero de ellos será una fecha crucial que corresponde a la Champions. Un duelo ante el Bayer Leverkusen con aromas de revancha y malos recuerdos recientes que puede determinar si el Atlético se cuela en el top-8 de la clasificación.
Y el último partido como local en enero será ante el Villarreal. Otro partido de alta exigencia ante un rival correoso que acostumbra a ponerle las cosas difíciles a Simeone. Y que será, a su vez, el preámbulo del cierre de la fase de grupos de la UEFA Champions League. Un final que conduce a los rojiblancos hasta Austria para enfrentarse al Salzburgo. En definitiva, una cuesta de enero para medir las aspiraciones reales del Atlético de Madrid.