La expulsión le allana el camino a un Barça con dudas | OneFootball

Renato Veiga, expulsado en el primer tiempoGetty Images

Aunque lejos de brillar, el Barça se llevó la victoria en el último partido del año y se va al parón navideño con cuatro puntos de ventaja sobre su escudero, el Real Madrid. Dos tantos, uno de Raphinha en el primer tiempo y otro de Lamine Yamal en el segundo, fueron suficientes para que el Villarreal sufriera su primera derrota en casa en toda la temporada liguera.

No brilló el equipo de Hansi Flick. De hecho, el conjunto groguet supo ser bastante superior en la primera parte. Las opciones más claras eran de color amarillo, y si La Cerámica no celebró un gol fue por culpas repartidas entre una gran actuación de Joan García bajo palos y una versión poco oportunista de Nicolas Pépé. La defensa azulgrana se derrumbada en cada contraataque rival y varias pérdidas delicadas en salida agravaron la situación. Sin embargo, los culés encontraron la calma por dos acciones concretas.

La primera fue el penalti de Raphinha. El brasileño fue derribado en el área y Alberola Rojas no dudó en señalar la pena máxima. Fue el propio extremo quien tomó la responsabilidad desde los once metros y venció a Luiz Júnior. Ese golpe no fue suficiente para noquear al Villarreal, que mas bien se creció, pero el siguiente sí lo sería. Al 40', una durísima entrada de Renato Veiga y el portugués vio la roja directa. La tarjeta cayó como un balde de agua fría en Castellón.

Las gradas reclamaron la decisión arbitral. Desde entonces hasta el pitido final no cesaron los pitidos a Lamine y a Alberola Rojas. Los jugadores reclamaron, pero el VAR no entró, no había vuelta atrás. De repente, el Villarreal, pese a su buen partido, se encontraba en desventaja, tanto en el marcador como en número de jugadores. Y esto sí que dejó a los locales mareados, sin saber qué hacer.

En el segundo tiempo el Barça se dedicó a tener paciencia y jugar con el reloj, con el resultado y con la necesidad del contrario. El Villarreal tuvo chances para marcar, pero siempre se toparon con un soberbio Joan García. Del otro lado, los culés también tuvieron varias oportunidades. Finalmente fue Lamine Yamal, con la hora de juego recién cumplida, el que puso más tierra de por medio. El Villarreal lo siguió intentando, pero el cansancio de nadar contracorriente hizo imposible siquiera un amago de remontada.