La falta de un líder | OneFootball

El pasado domingo se celebró el primer clásico de la temporada, encuentro del que salió victorioso el Real Madrid. Los de Xabi Alonso fueron superiores en gran parte del partido, mientras que el Barça estuvo poco reconocible en juego y actitud. Es cierto que hubo muchas bajas, pero quizás la más importante sea la falta de un líder.

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Íñigo Martínez, Raphinha, Flick…

La temporada pasada, Flick estableció un sistema de juego con una línea muy adelantada, una presión muy potente en campo rival y mucho movimiento en la zona de ataque. La mayoría de estas funciones no están funcionando correctamente, primero porque la línea de atrás no está bien configurada. Segundo, porque la presión está mal coordinada y, por último, las bajas en ataque provocan que no haya tanto movimiento, pues las características de los jugadores son distintas.

Flick se marchaba tras ver la tarjeta roja por sus protestas (Photo by Alex Caparros/Getty Images).

No obstante, el problema va un poco más allá de lo futbolístico, ya que al equipo le está faltando un líder sobre el campo. Todo equipo tiene a un jugador que es la proyección del entrenador sobre el terreno de juego, una figura que el año pasado la encarnaba Íñigo o Raphinha. El central vasco ya no está en la plantilla y el brasileño se ha perdido muchos partidos por lesión, una dolencia que le ha impedido estar en este Clásico. Además, el líder natural, Hans Flick, tampoco estuvo en el banquillo por su expulsión contra el Girona.

Un capitán, un líder

El extremo brasileño es uno de los pilares de este Barça; él es el líder de la presión culé, el capitán con o sin brazalete, la agresividad al espacio. En definitiva, él encarna la pasión del equipo de Flick que fue capaz de ganar todo a nivel doméstico la temporada anterior. A esto, hay que añadir todo lo que genera para que Lamine brille, esos desmarques constantes al segundo palo que le dan una vía más al ’10’ culé.

Lamine Yamal estuvo irreconocible durante el Clásico (Photo by Angel Martinez/Getty Images).

Esto va más allá de que Lamine aportase más bien poco durante el Clásico, porque las sensaciones del equipo ya eran malas antes. Parece que el brasileño ha recaído de esa lesión, por lo que aún habrá que esperar más para ver de nuevo al líder brasileño. El jugador viajó a Madrid con sus compañeros incluso cuando no estaba convocado; además, fue uno de los que intentó calmar los ánimos al final del partido.