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·25 de noviembre de 2025
La gestión económica de Laporta sigue bajo la lupa

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La administración actual de Joan Laporta en el Barcelona continúa marcada por los esfuerzos para rescatar al club de su profunda crisis financiera. Cuando asumió la presidencia, la institución estaba hundida en deudas y sin margen para competir al máximo nivel. Desde entonces, Laporta ha impulsado medidas que buscan devolver estabilidad deportiva y económica.
El presidente ha recurrido a revisiones salariales, ventas estratégicas y las conocidas palancas económicas para acercarse a la regla financiera del 1:1. Estas decisiones permitieron que el Barcelona recuperara competitividad en el campo, aunque el equilibrio total aún no se ha alcanzado. Sin embargo, este camino sigue generando una discusión intensa entre aficionados y especialistas.
Mientras algunos valoran los esfuerzos por estabilizar al club, otros critican que se utilicen ingresos futuros para financiar necesidades inmediatas. Este debate ha tomado fuerza porque el proyecto económico sigue dependiendo de decisiones arriesgadas. Como consecuencia, la figura de Laporta sigue siendo objeto de aprobación y rechazo en partes iguales.
Asimismo, la polémica creció tras las recientes declaraciones del presidente honorario del Bayern Múnich, Uli Hoeness. En una entrevista, el dirigente alemán atacó duramente la situación financiera del Barcelona y aseguró que el club enfrentaría sanciones severas en cualquier otra liga. “Es absurdo que tengan una deuda de más de 1.300 millones de euros. Absurdo e intolerable”, afirmó Hoeness.
Después de ese comentario, también cuestionó el modelo administrativo azulgrana y criticó directamente las palancas. El dirigente sostuvo que la manera en que el Barcelona gestiona sus cuentas no se asemeja a la filosofía económica del Bayern. Para él, la institución bávara representa un modelo basado en control y estabilidad, algo que debería servir de ejemplo a otros clubes europeos.
Hoeness insistió en que “está claro que se necesita una gestión sólida, un criterio económico sólido y una calidad deportiva que no depende de maniobras contables arriesgadas”. Además, planteó la idea de que el Barcelona no podría competir en la Bundesliga bajo normas tan estrictas. Según comentó, “las estrictas normas alemanas sobre licencias y la presión de las auditorías paralizarían inmediatamente a un club con una deuda de 1.300 millones de euros”.
En definitiva, las palabras del presidente honorario del Bayern vuelven a poner en el centro del debate el futuro financiero del Barcelona. Su crítica reabre preguntas sobre la sostenibilidad del modelo actual y sobre las decisiones que Laporta deberá tomar para garantizar estabilidad real. Mientras tanto, el entorno azulgrana sigue dividido entre confianza y preocupación.









































