La mansion de Messi en Ibiza a punto de ser demolida | OneFootball

Una lujosa propiedad en la costa de Ibiza está en el ojo del huracán. La espectacular vivienda, adquirida por un afamado futbolista, enfrenta serias amenazas legales que podrían llevar a su demolición parcial.

Los problemas se remontan a irregularidades urbanísticas, una situación que ha puesto en jaque la tranquilidad vacacional de su dueño.

El protagonista de esta controversia es Lionel Messi, uno de los nombres más grandes en la historia del fútbol. El actual jugador del Inter Miami CF compró la mansión en 2022, desembolsando una cifra cercana a los 11 millones de euros (£9.5 millones). La propiedad, ubicada en Sant Josep de Sa Talaia, fue adquirida a un empresario suizo, Philippe Amon. Sin embargo, la operación vino acompañada de un grave problema: la casa incumple varias normativas urbanísticas locales.

La compra incluyó una serie de modificaciones que no contaban con los permisos necesarios. Entre las estancias señaladas por las autoridades se encuentran el garaje y el sótano, para los cuales el astro argentino se vio forzado a considerar la demolición. El lujo de la villa no está en duda, con una extensión total de más de 16.000 metros cuadrados y una impresionante piscina de 92 metros cuadrados, además de un campo de fútbol. Un auténtico paraíso vacacional que, legalmente, no tiene todos sus papeles en regla.

La gravedad de la situación radica en que la mansión aún carece de los permisos fundamentales y del certificado de habitabilidad. De hecho, en el año de la compra, un decreto de la alcaldía prohibió a Messi realizar cualquier obra adicional. Actualmente, el Ayuntamiento de Sant Josep de Sa Talaia ha iniciado un expediente contra las modificaciones consideradas ilegales. La noticia es impactante: una demolición parcial no se ha descartado si el futbolista no consigue regularizar toda la documentación pendiente.

El conflicto urbanístico no es el único frente abierto. La propiedad también se encuentra en una zona de protección medioambiental, lo que agrava su clasificación. Esta vulnerabilidad legal ha llevado a que la mansión sea catalogada como un «activo tóxico», impidiendo que pueda ser vendida o alquilada legalmente.

Los problemas de la villa trascendieron lo legal para convertirse en un incidente mediático el año pasado. Activistas del grupo Futuro Vegetal irrumpieron en la propiedad. Tras colarse en el recinto, donde el crack y su familia suelen pasar sus vacaciones, los activistas vandalizaron la mansión rociándola con pintura roja y negra. También aprovecharon para fotografiarse junto a la piscina y el campo de fútbol de la villa, posando con una pancarta.

La prensa reportó que el argentino exigió a los activistas una compensación de 50.000 libras por daños criminales, en un intento por recuperar el valor de los destrozos causados por el grupo. La mansión, un refugio de ensueño en el Mediterráneo, se ha convertido en una auténtica pesadilla legal y ambiental.